La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample
Tres claves para unas grandes amistades
La cadena inglesa de tiendas Topshop encargó a un equipo de psicólogos encuestar al grupo poblacional de sus clientes clave: la «generación Y» (los nacidos entre 1981 y principios de los 2000). Entrevistaron a 800 personas y los resultados fueron tan asombrosos que no se los podían creer. Entrevistaron a otros 800 y obtuvieron los mismos resultados. Aquellos resultados mostraron una imagen alarmante de una generación cada vez más solitaria y perdida. No hay otro momento registrado de nuestra historia social donde haya habido más gente viviendo sola. El uso promedio de Facebook de la «generación Y» es de seis horas y media al día. Muchos de los entrevistados consideraron que el trabajo ¡era algo que encajaba entre Facebook y el almuerzo! Se dieron cuenta de que la gente tenía un gran número de «amigos» pero un sentimiento creciente de soledad. No hay nada de malo con las *redes* *sociales*, pero no son un sustituto para las relaciones reales cara a cara. Fuimos creados para una relación con Dios (Génesis 3:8) y los unos con los otros (2:18). El matrimonio es parte de la solución para la soledad. La amistad, que es también vital en el matrimonio, es una parte crucial de la solución. Jesús dejó un ejemplo de relaciones profundas con hombres y mujeres, demostrando que el matrimonio no es la *única* solución a la soledad. En un aspecto, la amistad es aún más importante que el matrimonio. El matrimonio es temporal mientras que la amistad es eterna. Como escribe C.S. Lewis, la «amistad» es la «corona de la vida y escuela de virtud». La amistad multiplica las alegrías y divide las penas. La Biblia es muy realista. En ella vemos ejemplos de relaciones en su mejor expresión pero también vemos ejemplos de fragilidad y fracaso. Por medio de estos ejemplos y la enseñanza de la Biblia, podemos ver tres claves para unas grandes amistades.Salmos 77:10-20
1. Valora las asociaciones
La madre Teresa dijo: «Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas».
Ayer vimos cómo el salmista clamó al Señor en su angustia. En la segunda parte del salmo, recuerda algunos de las sorprendentes y poderosas maneras en las que Dios ha actuado en el pasado (vv.11–12).
En particular, recuerda la gran liberación que propició Dios para su pueblo en el Éxodo. Ora así: «Tú eres el Dios que realiza maravillas; el que despliega su poder entre los pueblos» (v.14). Medita sobre la separación del Mar Rojo (vv.16–19) y concluye: «Por medio de Moisés y de Aarón guiaste como un rebaño a tu pueblo» (v.20).
«Moisés y Aarón» fueron la asociación humana implicada en la gran obra de Dios. Es una de las mayores historias de éxito de la historia del pueblo de Dios.
Se dio porque estaban comprometidos en una causa mayor que ellos mismos. Estaban mirando hacia afuera en la misma dirección. A pesar de ser hermanos, tenían habilidades y papeles muy distintos. Mientras que Moisés era el líder, Aarón era responsable de las comunicaciones (Éxodo 7:1–2) y de dirigir al pueblo en la alabanza (28:1).
Hoy en día necesitamos tener buenas asociaciones. Hay muchas buenas razones para que Jesús enviara a sus discípulos de dos en dos. El ministerio puede ser muy solitario; salir en parejas puede suponer todo un mundo de diferencia. Así es como se han formado algunas de las mayores amistades.
Señor, oro para que suscites buenas asociaciones en nuestra iglesia local así como en la iglesia en todo el mundo. Señor, te pido que haya muchos que, como Moisés y Aarón, se complementen mutuamente y te vean realizar grandes cosas por medio de ellos.
Hechos 15:22-41
2. Guarda las amistades
Desde el principio mismo de la iglesia cristiana vemos ejemplos de amigos trabajando juntos en asociación. Pablo y Bernabé eran socios en el evangelio (v.22) que fueron enviados juntos para llevar el mensaje del concilio de Jerusalén a los gentiles (v.23).
Son descritos como «nuestros queridos hermanos Pablo y Bernabé, quienes han arriesgado su vida por el nombre de nuestro Señor Jesucristo» (v. 25b-26).
Estaban acompañados por otros socios, los otros dos líderes Judas (llamado Barsabás) y Silas (v.22). Judas y Silas eran profetas que «hablaron extensamente para animarlos y fortalecerlos [a los creyentes]» (v.32). Nuevamente, es bueno que los profetas no trabajen aislados sino juntos, en asociación, unos con otros.
Todo esto es bueno, pero al seguir leyendo vemos que la división, incluso en la iglesia primitiva, no era solo acerca de la doctrina (v.2) sino también acerca de las relaciones personales (v.39). Como suele decir Sandy Millar: «El llamado es divino, ¡pero las relaciones son humanas!» Pablo y Bernabé tuvieron un desacuerdo (vv.36–38) que fue un «conflicto serio» y como resultado «acabaron por separarse» (v.39), yendo cada uno por su camino.
Todo obró para bien al final por la providencia de Dios. Bernabé encontró un nuevo compañero en Marcos (quien era primo suyo, ver Colosenses 4:10). Pablo halló un nuevo compañero en Silas y «viajó por Siria y Cilicia, consolidando a las iglesias» (Hechos 15:41). Puede ser que Pablo y Bernabé se reconciliaran más tarde (ver 1 Corintios 9:6).
La realidad es que a veces, incluso las asociaciones cristianas tienen dificultades y fracasan. Dios puede traer esperanza a estas situaciones: no es el fin del mundo si los cristianos riñen y acaban separando sus caminos. Este pasaje muestra cómo sus desavenencias no llevaron a que la bendición de Dios se apartara de ellos.
Pero este ejemplo de la providencia de Dios no debería ser usado como excusa o justificación para las peleas entre cristianos. Siempre hemos de hacer todo lo que podamos para resolver nuestras diferencias y evitar separaciones tan dolorosas.
Guarda tus amistades. Cuando haya diferencias, busca siempre la reconciliación y recuerda que, como decía Martin Luther King, «el perdón no es un acto puntual sino que es una actitud permanente».
Padre, gracias por el inspirador ejemplo de Pablo y Bernabé quienes arriesgaron sus vidas por el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Ayúdanos a resolver nuestras diferencias y evitar separaciones dolorosas.
1 Reyes 11:14-12:24
3. Da prioridad a la lealtad
En este pasaje vemos lo peor de las relaciones humanas. Salomón comenzó a recoger lo que había sembrado. Por todo aquel lugar había sembrado deslealtad. El primer adversario fue Hadad (11:14) y el segundo Rezón (v.23), líder de «una banda de rebeldes» (v.24).
El siguiente, Jeroboán quien se rebeló contra el rey (v.26). Era uno de los oficiales de Salomón, «uno de sus funcionarios», a quien Salomón había puesto a «supervisar todo el trabajo forzado que se realizaba entre los descendientes de José» (v.28). Salomón termina su vida rodeado de adversarios e intentando matar a Jeroboán (v.40).
Roboán, hijo de Salomón, heredó un caos. No lidió sabiamente con sus oponentes, no escuchó y «no le hizo caso al pueblo» (12:15). Ellos «se dieron cuenta de que el rey no iba a hacerles caso» (v.16).
Rechazó el consejo que le dieron los ancianos y como resultado, la mayor parte de Israel se reunió en torno a Jeroboán. «No hubo quien se mantuviera leal a la familia de David, con la sola excepción de la tribu de Judá» (v.20). Una vez más, la guerra estalló (v.21). El resultado es un reino dividido, pero ni siquiera esto es el fin de los problemas. Dios prometió a Jeroboán unas bendiciones extraordinarias diciéndole: «Si haces todo lo que te ordeno» (v.38). Trágicamente (como veremos en los siguientes días) Jeroboán no obedeció y los resultados fueron desastrosos.
Este episodio de la historia del pueblo de Dios es una historia de deslealtad a Dios, deslealtad al rey, rebelión y luchas interinas. Las cosas no tienen que ser así. Estás llamado al amor, la unidad y la lealtad. Tu lealtad debería ser un reflejo de la lealtad de Dios para contigo.
Si siembras deslealtad, cosecharás deslealtad. Si siembras lealtad, recogerás lealtad. La lealtad la muestras con tus acciones y tus palabras. Sé leal a aquellos que no están presentes. Al hacerlo así, construirás la confianza de aquellos que están presentes.
Por más desleales que seamos, Dios permanece fiel a Sus promesas. Él recuerda su alianza con David (ver 2 Samuel 7), y no rechaza del todo a su pueblo (1 Reyes 11:32,34,36), aunque nos disciplina: «Así que haré sufrir a la descendencia de David, aunque no para siempre» (v.39). Su disciplina es temporal, su lealtad es eterna: «Dios lo hace para nuestro bien, a fin de que participemos de su santidad» (Hebreos 12:10).
El compromiso de Dios y su lealtad contigo es tal, que nada podrá apartarte «del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor» (Romanos 8:39).
No hay razón para la autocomplacencia, pero sí hay razón para deleitarte otra vez en la gracia de Dios y entregarte a la alabanza de corazón. Puedes elegir, una vez más, responder al llamado de Dios en tu vida: «Si haces todo lo que te ordeno, y sigues mis caminos, haciendo lo que me agrada…» (1 Reyes 11:38).
Señor, te pido que derrames tu Espíritu de amor, unidad y lealtad sobre la iglesia. Ayúdanos a trabajar juntos en asociación los unos con los otros. Guarda nuestras amistades, protege nuestras asociaciones y danos sabiduría para lidiar con nuestros adversarios.
Pippa Adds
Hechos 15:37–39
Es muy agradable cuando la gente te defiende. Bernabé apoyó a Juan Marcos y le dio una segunda oportunidad. ¿Se te ocurre alguien de quien podrías dar una buena recomendación en el día de hoy?
References
Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, IncAbout this Plan
¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.
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