La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2022Sample
Loco amor
La madre de Francis Chan murió cuando lo estaba dado a luz. El único afecto que sintió de parte de su padre duró apenas treinta segundos y fue en el camino al funeral de su madrastra cuando él tenía nueve años. A la edad de doce, su padre también murió y Francis lloró, aunque se sintió aliviado. Francis es en la actualidad pastor. Tiene cinco hijos con su esposa Lisa. Cuando estos nacieron, amor por sus hijos y su deseo de ser amado por ellos era tan fuerte, que este hecho le abrió los ojos para ver cuánto nos ama y *nos* desea Dios. Escribió lo siguiente: «Por medio de aquella experiencia, llegué a comprender que mi deseo por mis hijos es solo un débil eco del gran amor de Dios por mí y por cada persona que él ha hecho… amo tanto a mis hijos que duele». Explicando por qué tituló su primer libro *Loco amor*, escribió: «La idea de Loco Amor tiene que ver con nuestra relación con Dios. Toda mi vida he escuchado decir a la gente: “Dios te ama”. Decir que el creador eterno del universo está enamorado de mí es, probablemente, la más loca de las afirmaciones. De parte de los creyentes ha de darse una respuesta, una loca reacción hacia ese amor. ¿De veras entiendes lo que Dios ha hecho por ti? Si es así, ¿por qué tu respuesta es tan tibia?». La palabra «celo» implica un *deseo intenso o apasionado*. Puede estar desviado, pero como escribe Pablo, está bien tener celo siempre que el propósito sea bueno (Gálatas 4:18). En otro lugar dice: «Con un celo sin negligencia» (Romanos 12:11, Biblia de Jerusalén). Quizás una buena traducción moderna de la palabra «celo» sería «amor loco».Salmos 69:1-12
1. Un «loco amor» por la casa de Dios
David escribe: «El celo por tu casa me consume» (v.9a). La razón por la que él tenía tanta pasión por la casa de Dios era porque esta era el lugar simbólico de la presencia de Dios entre su pueblo. La traducción The Message explica el celo que David expresa en este verso: «Porque estoy locamente enamorado de ti» (v.9, MSG).
Estas palabras se aplican a los discípulos de Jesús cuando este limpia el templo (Juan 2:17). A causa del celo por la casa de Dios, Jesús expulsó a aquellos que trataban de obtener beneficios de un lugar de adoración y se aprovechaban de quienes querían acercarse a Dios.
David tiene pasión por que el nombre de Dios no sea deshonrado. No quiere que nadie caiga en desgracia por su causa: «Que no sean avergonzados por mi culpa los que en ti esperan» (v.6a). Es consciente de su insensatez y de su culpa, igual que yo soy consciente de la mía: «Tú sabes lo insensato que he sido; no te puedo esconder mis transgresiones» (v.5). A David le preocupa que esto no traiga deshonra a la casa de Dios.
Hoy en día, la casa de Dios —el templo— es Cristo y su cuerpo, es su iglesia (1 Pedro 2:5). No hay nada de malo en sentir pasión por la iglesia. Ten celo por ver el nombre de Dios honrado hoy en Su iglesia.
Personalmente, me he sentido inspirado recientemente por la pasión que veo en muchas iglesias. Hay un celo por la casa de Dios, una pasión por la adoración, un interés por los sermones, y una formidable acogida a toda persona nueva que llega.
La pasión es algo inspirador e infeccioso. Necesitamos más de ese loco amor en la iglesia de hoy.
Señor, consúmeme con celo por Tu nombre y por Tu iglesia.
Juan 21:1-25
2. Un «loco amor» por Jesús
Estamos ante la tercera ocasión en la que Jesús se aparece a sus discípulos (y la cuarta en total incluyendo la de María Magdalena) (v.14).
Jesús se aparece en lo ordinario de la vida diaria, en su simpleza. No tienes por qué hacer cosas extraordinarias, Jesús te sale al encuentro allá donde estés. Pedro está pescando junto a seis de los discípulos que lo acompañan; Jesús les dice dónde pescar y después les preparar el desayuno. Allí está Jesús, resucitado de entre los muertos —aquel por cuyo medio todo el universo vino a la existencia— diciéndoles a sus amigos «vengan a desayunar» (v.12). El Dios que se revela en Jesucristo, ¡es un Dios tan alentador y divertido!
Cuando Juan reconoció a Jesús grita a Pedro: «¡Es el Señor!»(v.7a). Pedro se llena de emoción, entusiasmo y celo por llegar a Jesús lo más rápido que puede y «tan pronto como Simón Pedro le oyó decir: «Es el Señor», se puso la ropa, pues estaba semidesnudo, y se tiró al agua» (v.7b).
A veces podemos llegar a hacer locuras por causa de nuestro celo y nuestro entusiasmo. Pero lo que importa es tener un corazón lleno de amor y celo por Jesús. Los ojos de Pedro estaban fijos en Jesús, lo único que quería era estar con él.
En la conversación de Jesús con Pedro tras el desayuno, vemos lo que significa tener este amor apasionado por Jesús:
- Un amor supremo
Jesús le dijo a Simón Pedro: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?» (v.15). Puede que «estos» se refiriera a sus aparejos de pesca o a los otros discípulos. Sea lo que sea, Jesús le estaba llamando a hacer de su amor por Jesús, su amor supremo. Nuestro amor por Jesús tiene que ser mayor que el que tengamos por las demás cosas.
El celo de Pedro no había estado exento de pasar por obstáculos. Había negado a Jesús tres veces, por lo que Jesús le da la oportunidad de afirmar su amor tres veces. En tres ocasiones, Pedro le dice a Jesús: «Te amo» (vv.15-17).
- Un amor sacrificado
Jesús le da a Pedro una pista sobre como su amor por él y por su iglesia va a ser algo muy costoso; tanto que de hecho le costará la vida a Pedro. Jesús predice: «Cuando eras más joven te vestías tú mismo e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos y otro te vestirá y te llevará adonde no quieras ir» (vv.18-19). Aquí tenemos la prueba más temprana del martirio de Pedro mediante la crucifixión. Ser seguidor de Jesús es una elección peligrosa.
Cuando Pedro escucha esto, se da la vuelta y ve a Juan, y pregunta acerca de su futuro. En aquel momento íntimo con Jesús se distrae para compararse con Juan. Jesús «le dice educadamente que se preocupe de sus propios asuntos». Joyce Meyer lo explica así: «Cuando te sientas tentado de compararte con otros o de tener celos, ¡recuerda este consejo!».
- Un amor de siervo
Cada vez que Pedro le dice a Jesús «te amo», Jesús le responde: «Apacienta a mis corderos… cuida a mis ovejas… apacienta a mis ovejas» (vv-15-17). Pedro solo puede guiar, alimentar y ser responsable de la gente si ama a Jesús apasionadamente.
Entonces Jesús, de una manera muy simple, le dice a Pedro: «¡Sígueme!» (v.19). Este loco amor por Jesús significa seguir su ejemplo de amor. Jesús mostró el supremo ejemplo de un amor de siervo, y declaró: «Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos» (15:13). Él dejó un ejemplo muy práctico de los que supone este tipo de amor de siervo cuando lavó los pies de los discípulos (Juan 13). Es el compromiso de ayudar a la gente hacia la que no necesariamente nos sentimos atraídos, para que crezcan en su amor por Jesús, sin buscar controlarlas sino más bien liberarlas.
Jesús te llama a adoptar el mismo tipo de amor. Expresas tu amor apasionado hacia Jesús por medio de un amor apasionado a los demás, dándote para cuidar de sus ovejas, alimentarlas, servirlas y amarlas.
Pedro estaba dispuesto a hacer de Jesús el amor supremo de su vida, a pagar el precio y a seguir sus pasos de amor de siervo. Amaba a aquel que hizo tantas cosas en su breve vida en la tierra y declaró que «si se escribiera cada una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero» (21:25).
Señor, enséñame a amarte como Pedro te amó y a tener celo por ti. Ayúdame a alimentar tus corderos y apacentar tus ovejas, así como a estar dispuesto a pagar el precio, el que sea, de seguirte hasta el final.
2 Samuel 2:8-3:21
3. Un «loco amor» por la unidad
Con la muerte de Saúl, Israel y Judá se dividieron. Abner gritó a Joab: «¿Vamos a dejar que siga esta matanza? ¿No te das cuenta de que, al fin de cuentas, la victoria es amarga?» (2:26). Este grito tiene una resonancia muy actual cuando vemos las continuas turbulencias y divisiones que se dan en el Medio Oriente.
«La guerra […] se prolongó durante mucho tiempo» (3:1). «Entonces Abner envió unos mensajeros a decirle a David: «¿A quién le pertenece la tierra…?» (v.12). Una vez más, esta es una pregunta que se sigue haciendo hoy en día.
Abner prosiguió: «Haga un pacto conmigo, y yo lo apoyaré para hacer que todo Israel se ponga de su parte (v.12). Así sucedió y, al menos durante un tiempo, la tierra pudo disfrutar de la unidad.
¡La desunión es tan destructiva! Es algo que hoy vemos en el Medio Oriente. También la vemos en la iglesia. Hemos de tener pasión por la unidad.
Señor, oro para que se logre una solución pacífica y justa en el Medio Oriente. También oro por Tu iglesia hoy, por su unidad y su paz. Ayúdame a tener pasión por alcanzar la paz, la unidad y la reconciliación.
Pippa Adds
2 Samuel 3:14-16
«David envió unos mensajeros a decirle a Isboset hijo de Saúl: “Devuélveme a mi esposa Mical, por la que di a cambio cien prepucios de filisteos”. Por tanto, Isboset mandó que se la quitaran a Paltiel hijo de Lais, que era su esposo, pero Paltiel se fue tras ella, llorando por todo el camino hasta llegar a Bajurín. Allí Abner le ordenó que regresara, y Paltiel obedeció».
Sé que Mical fue prometida legalmente a David, pero no estoy segura de que fuera la mejor decisión pastoral. Su pobre esposo, Paltiel, pareció estar verdaderamente afectado. No se consultó a Mical y era difícil pensar que David necesitara más esposas, pues ya había tenido al menos seis (2 Samuel 3:2-5). Seguro que ella habría sido mucho más feliz si la hubieran dejado con Paltiel.
References
Nueva Versión Inernacional (NVI) Copyright © 1999 by Biblica, IncAbout this Plan
¿Abrumado por la idea de leer la Biblia? Dedique un tiempo cada día a escuchar a Nicky y Pippa Gumbel mientras le explican toda la Biblia en 365 días. Cada día, se explora un tema diferente a través de una selección de escrituras tomadas del libro de Salmos o Proverbios, así como del Nuevo y Antiguo Testamento. Nicky y Pippa brindan comentarios sobre estos extractos para brindar información y aplicación práctica.
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