El Regalo Más GrandeSample

Semana 4 - Día 2 

La Promesa de la Fe

Lectura: Mateo 17:14–20; 21:18–22

DEVOCIONAL: Mateo 21:21–22

“Jesús les respondió: —Os aseguro que si tenéis fe y no dudáis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte le decís «¡Quítate y arrójate al mar!», será hecho. Y todo lo que pidáis en oración, creyendo, lo recibiréis.”

La fe es un regalo, y no necesitamos tener mucha para que Dios haga algo asombroso con ella. Mateo compartió un momento con Jesús donde le dijo que todo lo que se necesita es fe del tamaño de una semilla de mostaza para mover montañas. ¿Alguna vez has visto una semilla de mostaza? Tenemos un frasco de semillas de amapola en nuestra despensa que usamos para hornear, ¡y una semilla de mostaza es la mitad del tamaño de una de esas!

Las plantas de mostaza, cuando se les da el cuidado adecuado, son arbustos resistentes que crecen lentamente, pero pueden soportar altas temperaturas y poca agua. Cuando están completamente desarrolladas, estas plantas miden entre dos y seis metros de altura y tienen raíces profundas que buscan agua, lo que las ayuda a sobrevivir durante las sequías.

Nuestra fe no necesita ser grande para tener un gran impacto, pero con la nutrición y el desarrollo adecuados, un compromiso con un crecimiento lento pero constante, y la voluntad de enterrar nuestras raíces profundamente en la Palabra de Dios y el Agua Viva de Jesucristo, un pequeño grano de fe puede madurar y convertirse en algo que pueda resistir nuestros períodos en medio del desierto.

Dedica algún tiempo hoy a reflexionar sobre tu fe. Pídele a Dios que te revele en qué situaciones has estado dudando o en cuáles has estado dilatando el ir a Él en oración porque tu fe no se sintió lo suficientemente grande. Abraza tu fe, sea que la percibas tan pequeña como una semilla de mostaza o como la planta de seis metros de altura, y agradece a Dios por este hermoso regalo que puedes traerle. 

Oración

Dios,Tú prometes que cuando pida con fe y creyendo, recibiré, y ese es un hermoso regalo. Gracias por darme todo lo que necesito para nutrir mi fe del tamaño de una semilla de mostaza convirtiéndola en algo increíble que puedes usar para mover montañas. Amén.