ORE POR FORTALEZA ESPIRITUAL 

Efesios 3:16-17- Para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor.

Pablo pidió que ellos fueran fortalecidos con poder, y que la fuerza fuera conforme a las riquezas de su gloria (una medida muy generosa). Él también oró que la fuerza viniera por su Espíritu y que fuera puesta en el hombre interior.

Hay un hombre interior que es tan real como nuestro cuerpo físico. Todos entendemos la importancia de la fuerza en nuestro cuerpo físico, pero muchos son excesivamente débiles en el hombre interior.

Conforme a las riquezas de su gloria: “Sería una desgracia para un rey o un hombre noble no dar más que un comerciante o campesino. Dios actúa conforme a la dignidad de su perfección infinita; él da conforme a las riquezas de su gloria”. (Clarke)

Pablo pidió que Jesús viviera en estos creyentes, aun cuando Jesús prometió en Juan 14:23: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.

Dos antiguas palabras griegas que conllevan a la idea de “vivir en”. Una tiene la idea de vivir en un lugar como un extranjero, y la otra tiene la idea de asentarse en un lugar para convertirla en una habitación permanente. Habite utiliza la antigua palabra griega para hogar permanente. Jesús quiere asentarse en su corazón, no solamente visitarlo como un forastero.

La gloria de Jesús, que mora en nosotros, es algo que debemos conocer por fe. Está allí para nosotros, pero se debe de tomar por la fe. “Tú tienes tu Biblia, y tienes tu rodilla; úsalas”. (Carr John Glynn, padrino para H. C. G. Moule)

¿Por qué necesitamos fuerza espiritual para dejar que Cristo more en nosotros? Es porque hay algo en nosotros que se resiste a la influencia de Jesús en nosotros. Ese algo puede ser conquistado mientras el Espíritu de Dios nos da la victoria de la fe.

Por la fe tiene la idea de, “por tu fe”. Esta es la manera en la que Cristo mora en nuestro corazón. “La morada interior es, por una parte, el regalo soberano de Dios. Por otro lado, es un asunto de la recepción más simple y personal por parte del hombre. Entonces, la forma de esa recepción es esta – fe; confianza, una confianza sumisa; no acción animada, no aspiración exaltada, sino aceptación”. (Moule)

Pablo pidió que todo esto tuviera a lugar mientras ellos eran arraigados y cimentados en amor. El significado parece ser que ellos debían ser arraigados y cimentados en su amor del uno por el otro, más que ser arraigados y cimentados en su amor por Dios y el conocimiento de ese amor.

“Dos expresiones son utilizadas: ‘arraigado’, como un árbol vivo que se aferra de la tierra, se enreda alrededor de las rocas, y no puede ser quitado: ‘cimentado’, como un edificio que ha sido edificado, como un todo, el cual nunca muestra grietas o fallas en el futuro por medio de fallas en el cimiento”. (Spurgeon)

Invitación: Ore Efesios 3:16-17. Ore por un amigo, que el Espíritu Santo fortalezca su “hombre interior” y que estén arraigados y cimentados en el amor de Dios.

Basado en el Comentario Bíblico Enduring Word de David Guzik.