Yo Soy Jonás: Algo Más Que La Simple Historia De Un Pez.Sample

Adormecimiento Espiritual.

¿Te has sentido alguna vez con el agua hasta el cuello? ¿Hundido en alguna situación de la cuál no sabes como salir? ¡Jonás supo muy bien como se sentía!

“Las aguas me llegaban hasta el cuello, lo profundo del océano me envolvía” Jonás 2:5 NVI

Aunque no nos gustan, los tiempos con el agua hasta el cuello son de mucho provecho. Usualmente se convierten en una temporada en la que Dios trata con nosotros para que haya un despertar espiritual en nuestra vida, y ponernos de vuelta en el camino que conduce a nuestra misión.

¿Cómo luce el adormecimiento espiritual?

I-Adormecimiento espiritual nos aparta de nuestra misión.

II-Adormecimiento espiritual nos vuelve indiferentes ante el sufrimiento de otros.

Jonás no estaba solo en la barca cuando le sobrevino la tormenta, mientras sus compañeros de viaje sufrían y sentían miedo, él dormía profundamente a pesar de la oportunidad que tenía para que otros conocieran a su Dios.

III-Adormecimiento espiritual aniquila nuestra capacidad de influenciar positivamente en la sociedad.

Jesús afirma que parte de nuestra identidad en Él es que somos la Sal y la Luz del mundo. Que lamentable cuando algo deja de servir para lo que fue creado.

Jonás, comisionado por Dios para ser sal y luz en una ciudad obscura y oxidada por el pecado, se convirtió en una persona insípida, incapaz de cumplir el propósito por el cual Dios le permitió subir a esa barca.

IV-Adormecimiento espiritual nos convierte en piedras de tropiezo y no en canales de bendición.

Jonás tiene la oportunidad de impactar la vida de aquellos marineros asustados que claman a sus “dioses” sin respuesta, pero prefirió guardar silencio y aislarse.

Con su actitud, en lugar de llevar bendición a Nínive, llevó problemas a una embarcación en Jope, a pesar de haber dicho “Temo al Señor”

No importa cuántas veces decimos que amamos y tememos Dios; nuestras acciones deben ser congruentes con nuestras palabras.

Pocas veces experimentamos un despertar espiritual cuando las aguas están tranquilas. Es muchas veces, cuando el agua nos llega hasta el cuello, que empezamos a buscar con desesperación a Dios.

Oremos:

Señor despiértanos, no es tiempo para dormir la siesta. Ayúdanos a encontrarnos con el camino que nos conduce de nuevo a nuestra misión en la tierra.