La Biblia con Nicky y Pippa Gumbel 2021Sample

Fija tus pensamientos
Cuando se pregunta a los británicos quién ha sido el británico más grande de todos los tiempos, aquel que por lo general encabeza las encuestas es sir Winston Churchill. Si tuvieras que preguntar a un estadounidense quien ha sido el norteamericano más grande, podría responder que George Washington o Abraham Lincoln. Si le hubieras preguntado a un judío a principios del siglo I d.C., sin duda habrían dicho que «Moisés» era el judío más grande. Moisés fue la personalidad mayor de su historia. Los había rescatado de la esclavitud y les había dado la Ley.
El escritor de Hebreos les describe a los cristianos judíos cómo Jesús es más grande que Moisés. Su argumento es que, a pesar de la grandeza de Moisés, Jesús juega en una liga completamente diferente. Jesús, «gracias al cual profesamos nuestra fe» (Hebreos 3:1, DHH); «ha sido estimado digno de mayor honor que Moisés, así como el constructor de una casa recibe mayor honor que la casa misma» (v.3). «Moisés fue fiel como siervo» (v.5); «Cristo, en cambio, es fiel como Hijo al frente de la casa de Dios» (v.6).
Los temas de los pasajes de hoy son los problemas y las angustias; los períodos de prueba; y las dificultades y las tribulaciones. Según el Nuevo Testamento, el secreto para lidiar con ellos es «considerar atentamente a Cristo Jesús» (v.1, DHH).
Salmos 119:137-144
1. Problemas y angustias
En cualquier momento de nuestra vida, suele haber un área que nos causa problemas y angustias. Puede ser algo por lo que tú mismo, algún miembro de tu familia, o algún amigo cercano estén pasando, o algo que tenga que ver con tu trabajo o ministerio.
Recuerdo haber oído decir al pastor estadounidense, Rick Warren, cómo él solía pensar que la vida era una serie de batallas, seguidas de tiempos de bendición. Ahora, él piensa que la vida es como transitar por dos carriles: un carril es la bendición y el otro es la batalla; ambos trascurren por la misma carretera.
Ciertamente, el salmista pasó por tiempos de batalla: «He caído en la angustia y la aflicción» (v.143a).
¿Cómo respondemos? La respuesta del salmista es seguir confiando en el Señor. Sigue creyendo que las palabras de Dios son «muy dignas de confianza» (v.138): «Tu siervo las ama. [...] tus mandamientos son mi regocijo» (v.140,143).
Él fija sus pensamientos en Dios: «Señor, tú eres justo» (v.137a). La gran revelación del Nuevo Testamento es que «Jesús es el Señor» (Romanos 10:9). Él es aquel en quien debes fijar tus pensamientos.
Señor, gracias porque en tiempos de angustia y problemas puedo fijar mis pensamientos en Ti y confiar en Tus promesas.
Hebreos 3:1-19
2. Períodos de prueba
No se puede confiar en una fe que no ha sido probada; tarde o temprano todos pasamos por períodos de pruebas. En esos momentos el reto es permanecer fieles a Dios —no endurecer nuestros corazones sino mantenerlos blandos y sensibles hacia Dios— para seguir confiando a pesar de todas las dificultades y desafíos de nuestra fe.
Durante esos períodos de prueba, creces en madurez espiritual, sabiduría, carácter y fidelidad cada vez que sientes ganas de hacer algo incorrecto pero eliges hacer lo correcto.
«Moisés fue fiel» (v.2, DHH); pero Jesús, por supuesto, es nuestro ejemplo supremo de fidelidad. Pasó años de preparación y por momentos de poderosa tentación en el desierto. Sin embargo, como lo indica The Message, él fue «fiel en todo lo que Dios le dio a hacer» (v.2, MSG).
Esta carta fue escrita a un grupo de personas que estaban pasando por un tiempo de prueba y persecución. Fue escrito para alentarlos a aferrarse a su «confianza» y su «esperanza» (v.6), inspirados por Jesús: «Consideren atentamente a Cristo Jesús» (v.1).
En este pasaje, el escritor cita el Salmo 95:7-11 (Hebreos 3:7-11). Curiosamente, él no escribe «como dijo el Espíritu Santo», sino «como dice el Espíritu Santo» (v.7). Él cree claramente que el Espíritu Santo continúa hablando a los lectores por medio de las Escrituras de manera contemporánea. Al leer la Biblia hoy, espera que el Espíritu Santo te hable.
A pesar del momento cumbre de la liberación de Egipto, el pueblo de Dios había caído en un período de prueba en el desierto (v.17). Esto supone una advertencia para nosotros: «Cuídense, hermanos, de que ninguno de ustedes tenga un corazón pecaminoso e incrédulo que los haga apartarse del Dios vivo. Más bien, mientras dure ese “hoy”, anímense unos a otros cada día, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado» (v.12-13).
Uno de los remedios para la incredulidad que el escritor destaca aquí es la comunidad. Dice: «… anímense unos a otros cada día» (v.13). Por eso es tan importante ser parte de la comunidad cristiana, pasar tiempo con otros cristianos, animarse unos a otros y edificar nuestra fe.
Aquí, «el engaño del pecado», resulta ser una expresión interesante. El pecado es engañoso. Si no fuera así, no pecaríamos. El pecado suele ir acompañado de un rótulo engañoso: «Esto no es realmente un pecado, y de todas maneras no te hará ningún daño». Pero cuando caemos en pecado, se forman malos patrones, nuestra conciencia se encallece y nuestro corazón se endurece.
En el centro del pecado está la incredulidad. Desde el jardín del Edén, el engaño del pecado nos ha hecho dudar de la bondad de Dios, de Su amor por nosotros y de Su palabra: «¿Es verdad que Dios les dijo que no comieran de ningún árbol del jardín?» (Génesis 3:1), «¡No es cierto, no van a morir!» (3:4). Antes de comerte la fruta prohibida, siempre te tragas una mentira acerca de Dios. Para nosotros, hoy sigue siendo lo mismo. Si realmente creyéramos en el amor de Dios por nosotros, Su bondad y Su palabra, entonces no caeríamos en el engaño del pecado.
Por cusa de sus quejas, el pueblo de Dios nunca entró en el reposo de Dios (lo cual era justo aquello que anhelaba). No confiaron en que Dios proveía. Fueron incrédulos (Hebreos 3:12) y no pudieron entrar en el reposo de Dios «por su incredulidad» (v.19). Cuando no confiamos en Dios perdemos la paz de Dios. Encuentra la paz fijando tus pensamientos en Jesús, confiando en él y escuchándole mientras te habla a través de las Escrituras.
Señor, ayúdame hoy a fijar mis pensamientos en Jesús. Ayúdame a no vivir en temor e incredulidad, sino en confianza y paz.
Joel 1:1-2:17
3. Cuando ocurre un desastre
«Cuando ocurre un desastre, tu comprensión de Dios corre peligro» —escribe Eugene Peterson. Hay momentos en que nos enfrentamos a una enfermedad inesperada o la muerte, una catástrofe nacional, alteración social, una pérdida personal, incertidumbre económica o la devastación provocadas por los desastres naturales. Peterson continúa: «Es tarea del profeta hacerse oír en aquellos momentos de catástrofe y aclarar quién es Dios y cómo actúa».
El profeta Joel describe una época en la que aconteció un desastre: la gran devastación causada por una plaga de langostas. Aquello pudo ser un suceso real o una visión. Hubo una plaga de langostas que golpeó Jerusalén en 915 a.C.; la devastación que causó fue insólita.
Sin insecticidas, un ejército de langostas es inquebrantable, imparable e invencible. Destruye los viñedos, arrasa los huertos y, como resultado, todas las cosechas se pierden. Entonces, el ganado se queda sin nada que comer; las langostas son como un tornado que se mueve a través de la tierra.
«¡Ay de aquel día, el día del Señor, que ya se aproxima!» (1:15). Esta imagen de las langostas se recoge en el libro de Apocalipsis y se usa como una descripción de las tribulaciones del juicio final (Apocalipsis 9:7-11).
Jesús mismo usó el lenguaje de Joel 2 en su descripción del juicio venidero: «El sol y la luna se oscurecen y las estrellas dejan de brillar» (Joel 2:10, véase también Mateo 24:29).
¿Cuál debe ser nuestra respuesta a todo esto? A ninguno de nosotros nos gustan las disculpas tibias; tampoco a Dios. Él busca un arrepentimiento genuino:
«“Vuélvanse a mí ahora, mientras haya tiempo;
entréguenme su corazón.
Acérquense con ayuno, llanto y luto.
No se desgarren la ropa en su dolor
sino desgarren sus corazones”.
Regresen al Señor su Dios,
porque él es misericordioso y compasivo,
lento para enojarse y lleno de amor inagotable». (Joel 2:12–13, NTV).
En medio de estas profecías de juicio hay esperanza. Si nos volvemos a Dios y buscamos su perdón, ya no tenemos que temer aquel juicio final. Joel usa la imagen de una trompeta que está siendo tocada para anunciar este día de juicio (v.1).
Sin embargo, en el Nuevo Testamento Pablo usa esta misma imagen para describir cómo Jesús ha conquistado la muerte, y ha hecho posible el perdón y la salvación: «… en un abrir y cerrar de ojos, al toque final de la trompeta. Pues sonará la trompeta y los muertos resucitarán con un cuerpo incorruptible, y nosotros seremos transformados. […]. “La muerte ha sido devorada por la victoria”. […]. ¡Pero gracias a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo!» (1 Corintios 15:52-57).
Padre, gracias por ser misericordioso y compasivo, bondadoso y clemente. Ayúdame a fijar mis pensamientos en Jesús mientras espero con confianza el día de Tu regreso.
Pippa Adds
Pippa añade
Hebreos 3:1 (DHH)
«… consideren atentamente a Cristo Jesús».
Fijar mis pensamientos a veces es como pastorear gatos. Mi mente tiende a estar en todas partes. Mantener mis pensamientos «fijos» requiere dejar de lado conscientemente la lista de «tareas pendientes» y sintonizarme con esa «pequeña voz» de Dios.
References
Notas:
Escritura marcada (MSG) es tomada de la traducción bíblica The Message, no está traducida a español, se parafrasea.
Eugene Peterson, The Message, 'Introduction to Joel', (NavPress, 1993), p.1225. No disponible en español.
Unless otherwise stated, Scripture quotations taken from the Holy Bible, New International Version Anglicised, Copyright © 1979, 1984, 2011 Biblica, formerly International Bible Society. Used by permission of Hodder & Stoughton Publishers, an Hachette UK company. All rights reserved. ‘NIV’ is a registered trademark of Biblica. UK trademark number 1448790.
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Scripture marked (MSG) taken from The Message. Copyright © 1993, 1994, 1995, 1996, 2000, 2001, 2002. Used by permission of NavPress Publishing Group.
About this Plan

Este plan lleva a los lectores a través de todas las Escrituras en un año, incluyendo el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y un Salmo o Proverbio cada día. Combinado con un comentario diario de Nicky y Pippa Gumbel, este plan nos guía a conectarnos más estrechamente con la Palabra de Dios y nos alienta no solo a aplicar las enseñanzas de las Escrituras a nuestra vida diaria, sino también a profundizar en nuestra relación con Jesús.
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