¿Qué Es y Cómo Ser Llenos del Espíritu Santo?Sample

¿Cómo ser lleno del Espíritu Santo?

Generalmente pensamos que al ser llenos del Espíritu Santo sentiremos algún tipo de descarga eléctrica y que tendremos algún tipo de visión, algo así como fuegos pirotécnicos o similar. Pero como la mayoría de veces eso no sucede, podemos llegar a sentirnos desilusionados y condenados, pensando que no somos lo suficientemente santos como para ser llenos del Espíritu de Dios.

Lo cierto es que Jesús aseguró que si le pedimos el Espíritu Santo a Dios, Él nos lo da, y Dios no es mentiroso. Así que si Él dijo que recibiríamos el Espíritu Santo cuando se lo pedimos, entonces así es aunque no veamos algo espectacular o no sintamos algo extraordinario. Debemos recibir la unción por fe.

Pero si ya somos llenos de Su Espíritu con tan solo pedirlo, ¿qué sigue? Supongamos que pides ser lleno de Él en la oración que haces antes de irte a dormir. ¿Para qué deseas ser lleno de su Espíritu en ese momento? ¿Para soñar con los angelitos? O ¿para qué? Piénsalo.

Como vimos, Dios siempre te llenará de su Espíritu pero lo hará para que realices la tarea que Él mismo te ha puesto por delante y te dará lo necesario para que lo puedas hacer; ya sea orar por un enfermo, predicarle a un familiar, confesar un pecado, expulsar un espíritu o cantar alabanzas antes de irte a dormir. Déjame repetirlo. Dios siempre te dará su poder cuando se lo pidas, para que realices aquello que te pide que hagas. Él lo prometió. El Señor sabe que de lo contrario no podrías servirle. Así que, ¿cómo ser lleno del Espíritu Santo? Pidiéndoselo, y recibiéndolo por fe. ¿Para qué? Para hacer aquello que Dios quiere que hagas.

Por eso la llenura del Espíritu Santo no es algo que sucede una vez y para siempre, como si fuese suficiente de por vida. No. Buscar la llenura de su Espíritu es algo que debemos estar haciendo constantemente, pues constantemente le necesitamos en nuestro camino. Tal y como lo mandó el apóstol Pablo en su carta a los Efesios en el capítulo 5, versículo 18. 

Finalmente, debemos evitar creer que la llenura de su Espíritu depende de nuestra santidad, como si recibir la unción fuera por obras. La verdad es que para Dios sí es muy importante nuestra relación con Él, y el pecado la obstaculiza. Por eso la santidad siempre va a ser una prioridad para nuestro Dios, pero nosotros no podemos lograrla sin la unción del Espíritu. De ahí que el Espíritu Santo no se nos otorga cuando estamos santificados, sino que se nos otorga para que podamos santificarnos. Sólo así podemos arrepentirnos, confesar nuestros pecados, afrontar las consecuencias con esperanza y con paz, etc.