El Regreso a CasaSample
Solo su agua de vida llena cada uno de mis vacíos.
Jesús llega a un pueblo llamado Sicar, se sienta junto a un pozo, fatigado por el viaje que se encontraba atravesando. Pero llega una mujer samaritana a sacar agua del pozo, y Jesús le pide a la mujer si le puede dar agua, y la mujer se sorprende, esa es su primera reacción, porque Jesús hace eso con nosotros, se sale del molde para llamar nuestra atención o, mejor dicho, porque el no actúa en un molde especifico. La mujer se sorprende porque los judíos (como Jesús) no usaban nada en común con los samaritanos.
Juan 4:13-15: “(…) Cualquiera que beba de esta agua pronto volverá a tener sed, pero todos los que beban del agua que yo doy no tendrán sed jamás. Esa agua se convierte en un manantial que brota con frescura dentro de ellos y les da vida eterna. —Por favor, señor —le dijo la mujer—, ¡déme de esa agua! Así nunca más volveré a tener sed y no tendré que venir aquí a sacar agua”.
Esta agua es Jesús, solo su agua de vida llena cada uno de nuestros vacíos, así como mas adelante llenaría los vacíos de la mujer samaritana.
Juan 4:16-19: “Jesús le dijo: —Ve y trae a tu esposo. —No tengo esposo —respondió la mujer. —Es cierto —dijo Jesús—. No tienes esposo porque has tenido cinco esposos y ni siquiera estás casada con el hombre con el que ahora vives. ¡Ciertamente dijiste la verdad! —Señor —dijo la mujer—, seguro que usted es profeta”.
Jesús conoce nuestro pasado, pero no para avergonzarnos, solo para hacernos saber que a pesar de lo que somos, hicimos, o sentimos, Él vuelve a buscarnos. Y esto me llama muchísimo la atención, la mujer samaritana no fue la que buscó a Jesús, sino que fue Él quien la buscó a ella en el pozo, y eso pasa con nosotros, no importa que tan malo consideres tu pasado, o hasta el presente que te encuentras atravesando, Jesús vuelve a buscarte, porque él toma a aquello que parece sin propósito, y se lo otorga.
Con su agua de vida nos limpia. Con su gracia nos llena, completa, y vuelve a crear sobre lo que ya estaba hecho. Todo esto para llenar lo que en algún momento llamaste: vacío.
Reto de hoy: escribe en una hoja cada una de cosas con las que estés luchando, pero delante de estas vas a escribir: “Jesús venció”, “Jesús quitó” o “Jesús sanó”.
Ej: “Jesús venció mi depresión”
Scripture
About this Plan
Tus lagrimas no han sido derramadas en vano, sino que tu proceso, ayudará a la cicatrización de las heridas de otros. El propósito de los siguientes cinco días es consolarte, así como Dios hizo conmigo. El temer regresar a la casa de Papá, nuestra casa, ocurre cuando nos olvidamos de la gracia.
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