"Laudate Dominum" - AdoraciónSample

Misericordia arrasadora

En el primer día estuvimos meditando acerca de alabar profundamente a Jehová, incluso con nuestros pensamientos, forma de hablar, nuestras acciones, etc. El Salmo 117 nos invita a transformar nuestra adoración. Llevarla a un nivel más alto. A realmente sentir que nuestro Dios es realmente el Supremo Soberano.

En el mismo texto, el salmista nos deja 2 "disparadores de alabanza " o razones para loar. Hoy reflexionaremos en el primero. Y nos referiremos a la misericordia divina. Este será uno de los temas más abordantes en los Salmos. Es clave dijo este dato, ya que es una respuesta a las falsas acusaciones de algunas personas que dicen que Dios en el Antiguo Testamento es un Dios de maldad, desamorado y antipático. Nada más lejos de la realidad.

El versículo segundo del Laudate Dominum afirma que Dios engrandeció su misericordia sobre nosotros. El verbo hebreo "gabar" es traducido como "confirmó, fortaleció, creció, se hizo más fuerte". Esto tuvo con la misericordia. La misericordia será representada con la palabra "kjésed", la cual podría ser traducida como "amor, favor, clemencia, piedad o bien".

Ahora meditemos. La simple acción de respirar es misericordia, amabilidad divina. Dios creó este mundo y nos regaló la facultad de gobernarlo y cuidarlo. Esta "entrega" habla de su misericordia. Pero hay momentos en los cuales se observa con más fuerza su misericordia. El salmista dice en otras palabras "... porque vino con más fuerza su misericordia ...". Me imagino a un tsumani arrasando todo lo que tiene adelante. De hecho, esta palabra hebrea es usada en Génesis 7: 18,19 para describir cómo actuaron las aguas en el diluvio. Es así como viene la misericordia. Abunda, satura, arrasa.
Piensa en esos momentos en los que Dios se manifestó "con fuerza" en tu vida. Tal vez pediste algo importante y Dios te ayudó (salud, problemas, etc.).

Hay momentos en nuestras vidas que Dios manifiesta su amor "con fuerza". ¿Quieres el ejemplo más claro? Repasa San Juan 3:16 . Él mismo se dio con su gratuidad enviándonos al Hijo. El Verbo se hizo encarnación. ¿No es maravilloso y emocionante? Tenemos un Dios cercano e interesado en salvarnos. Por eso "donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia" (Rom. 5:20).

Hoy alaba a Dios por todas las veces que envió fuerte su misericordia en tu vida, especialmente al enviar a su Hijo para salvarnos. Ahora nos queda descubrir el otro "disparador de alabanza". ¡Mañana nos despedimos reflexionando en un tema maravilloso! Prepárate

Palabras clave : engrandeció (gabar) y misericordia (kjésed).

Isaías y Lautaro Silva