El miedo es un mentirosoSample
Una mesa con público
Cuenta una historia que, dos niños patinaban en una laguna congelada.
La tarde era fría y los niños se divertían haciendo piruetas y reían cuando, el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua.
El otro, viendo que su amiguito se ahogaba debajo del hielo, tomó una piedra y empezó a golpear con todas sus fuerzas hasta que logró quebrarlo y salvar la vida de su amigo.
Cuando llegaron los bomberos, se preguntaron: Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso!! Es imposible que lo haya podido quebrar con esa piedra y esas manitos tan pequeñas!!
Un anciano respondió: - Yo sé cómo lo hizo! - No había nadie para decirle que no podía hacerlo.
Podemos nublar la realidad, por prestar atención a las voces equivocadas. Ellas no quieren que escuchemos ni vivamos lo que nos fue dado, aquello por lo que alguien pagó un precio incalculable. Ellos, nuestros angustiadores, prefieren que no los veamos, pero que sepamos que están ahí, al acecho, esperando para presionar el botón de “Angustia” o “Desesperación”, el de “Es imposible”, el de “Auto boicot”. La intención es que veamos el cuadro equivocado.
No importa cuántos botones presionen, hay un cuadro que es real. Una mesa, con manjares, en compañía de mi Señor, y una silla con mi nombre. Ahí encontraré un público forzado a ver lo que no quiere. Una vez más, tengo entrada a esa mesa, soy invitado a un banquete que alguien pagó por mí, mi nombre está escrito en la silla.
No pierdas de vista la mesa ni el paisaje. Son importantes las delicias, pero sin perder de vista que aquellos que buscan mi mal, me ven sentado a esa mesa, en compañía de quien los venció. Ahí está Jesús y es quien dice “Disfrutemos del banquete”
About this Plan
¿Qué serias capaz de hacer si no tuvieras miedo? Leí esta frase en un libro hace varios años, y sigo pensando en el impacto que tiene el miedo en nuestras acciones y resultados. Solo necesita un poco de nuestra atención, y entonces, logrará debilitar nuestras fuerzas, aflojar nuestras piernas y desviar nuestra mirada. Pero, ¿y si no fuera cierto? ¿y si sus palabras estuvieran vacías y la realidad fuera otra?
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