Rapsodia de Realidades (Diciembre de 2018)Sample

  

19  Pastor Chris

Somos Hijos De Dios

Amados, ahora somos hijos de Dios… (1 Juan 3:2).

La Biblia dice a propósito de Jesús: "En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció..." (Juan 1:10-11). El mundo no le conoció porque le contemplaron con sus sentidos físicos, y le consideraron por su apariencia externa. ¡No podían ver que Él era el creador del universo! Dios mismo estaba con ellos, pero no le reconocieron.

Del mismo modo, el mundo tampoco nos reconoce a nosotros como nuevas criaturas en Cristo, y como participantes de la naturaleza divina. Piensan que somos personas ordinarias, ¡pero somos hijos de Dios! Somos hombres divinos en la tierra. ¡Somos divinos, porque nuestra vida es la vida eterna de Dios!

Juan 1:12 dice: "Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios...". Recibimos el derecho y la capacidad de convertirnos en hijos de Dios. No nos convertiremos en hijos de Dios cuando lleguemos al cielo; ¡Somos hijos de Dios AHORA! Santiago 1:18 declara: "El, de su voluntad, nos hizo nacer por la palabra de verdad...".

Cuando escuchaste el Evangelio y le abriste tu corazón a la Palabra, naciste de nuevo y la vida eterna de Dios le fue impartida a tu espíritu. Pero el mundo te mira y cree que aún están viendo a la misma persona. El hecho de que estés encerrado en un cuerpo humano ordinario no significa que seas ordinario. 2 Pedro 1:4 te describe como un participante de la naturaleza divina. Perteneces a la clase divina.

Ya no eres un simple mortal; en realidad, eres un dios en la tierra. Piénsalo: los animales dan a luz animales; y los humanos dan a luz humanos. Dios, por lo tanto, ciertamente dará a luz dioses. Por eso dijo en Salmos 82:6: "Yo dije: Vosotros sois dioses, y todos vosotros hijos del Altísimo".

Has de comprender bien quién eres, porque cuando lo sepas, entenderás también lo que te pertenece, y vivirás tu vida en su máximo potencial. Sé audaz en tu vida. Eres un hijo de Dios; un heredero juntamente con Cristo. El mundo te pertenece. Niégate a vivir una vida ordinaria, o a actuar como una persona ordinaria.

Confesión

Yo nací, no de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. ¡Mi origen está en Dios! Por lo tanto, he vencido al mundo con sus sistemas, porque el más grande vive en mí en su plenitud. ¡Gloria a Dios!

Estudio Más Amplio 

Gálatas 4:6 

1 Juan 3:1 

2 Pedro 1:4