7 reflexiones esenciales de la Biblia de Estudio RVRSample

La Trinidad en la Biblia 

El término trinidad no se encuentra en la Biblia, pero es una palabra teológica que expresa la clara enseñanza de las Sagradas Escrituras, especialmente del Nuevo Testamento. El primer teólogo de la iglesia que utilizó el término fue Teófilo, que definió a Dios como trias. El gran padre de la iglesia latino Tertuliano fue el primero en desarrollar el concepto de trinitas, un Dios en tres personas. Aunque ya los padres de la iglesia del siglo II y III hablaban de las tres personas de la Trinidad reconociendo que solo hay un Dios, fueron los concilios de Nicea (325 d.C.) y Constantinopla (381 d.C.) los que definieron la doctrina bíblica en toda su expresión. Solo la nación de Israel creía en un único Dios en el antiguo mundo mediterráneo. La fe de Israel se declara en la famosa Shemá: «Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es» (Dt 6.4). La enseñanza de la ley y los pronunciamientos de los profetas de Dios confirman esta verdad absoluta. 

La iglesia continuó enseñando las Escrituras hebreas, así como el mensaje del Señor Jesucristo, que decían que solo existe un Dios (cp. 1 Co 8.6; Ef 4.6; 1 Ti 2.5). Esto contrastaba con el creciente politeísmo que impregna- ba el mundo grecorromano, con sus múltiples dioses, incluyendo la adoración al emperador durante la segunda mitad del primer siglo, como si fuese uno de estos. Conforme los apóstoles, y más adelante la iglesia, comenzaron a difundir este monoteísmo frente a la religión pagana, era necesario explicar cómo encajaba la creencia en que Padre, Hijo y Espíritu Santo son Dios, cada uno de ellos por separado, pero al mismo tiempo son un único Dios. 

Jesús es el Hijo del Padre. Él se define como el Hijo de Dios, y lo llama Padre de una forma que indica una relación profundamente única. Además, Cristo reivindica una relación con este como compañero por toda la eternidad. En otras ocasiones, Jesús realiza declaraciones o hechos que provocan que los demás reconozcan su igualdad con el Todopoderoso. Se le acusó específicamente de blasfemia por admitir ser el Hijo de Dios (Lc 22.70). Estos textos identifican la persona de Jesús, existente antes del mundo, como Dios y al mismo tiempo diferente del Padre. 

Así como Cristo el Hijo, el Espíritu Santo también es una persona divina. Antes de que Jesús dejase la tierra para estar con el padre, prometió un Consolador parecido a él. Tanto él como el Padre vienen al creyente por medio de esta tercera persona, el Espíritu Santo. 

Dios es el Padre del Señor Jesucristo así como de los cristianos (Ef 1.2; Fil 1.2; 2 Jn 3). El apóstol Juan llama específicamente Dios a Jesús (Jn 1.1, 18; 8.58). Pablo lo identifica de igual manera en varios lugares (Ro 9.5; Fil 2.6; Tit 2.13), así como Pedro (2 P 1.1). Este declara que el Espíritu Santo es Dios (Hch 5.4), y se le nombra junto al Padre y al Hijo (Mt 28.19; 2 Co 13.14).