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Dale a Dios el Primer LugarSample

Dale a Dios el Primer Lugar

DAY 4 OF 5

"Ganar   las batallas de la vida con la ayuda de Dios"

Hay una   batalla de por vida que se libra en nuestras existencia. Por un lado está la   influencia de esa vieja naturaleza pecaminosa: las viejas tendencias   persistentes, las tentaciones y los pecados que nos han sido difíciles de   superar. Con el tiempo, a medida que maduramos en nuestro caminar con Dios,   la influencia de la naturaleza pecaminosa se debilita. Por otro lado, está la   creciente influencia de la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas.   Estas son dos fuerzas opuestas, como se describe en Gálatas: 

"Digo,   pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne. Porque   el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la   carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que   quisiereis.". Gálatas 5: 16-17

La   palabra de Dios nos anima a "vivir por el Espíritu". En otras   palabras, debemos permitir la influencia del Espíritu Santo para ganar la   influencia de la naturaleza pecaminosa en nuestras vidas. 

Muchas   veces, esto es más fácil decirlo que hacerlo. Nuestra naturaleza pecaminosa   nos impulsa a tomar decisiones para satisfacer ambiciones y pasiones   egocéntricas. Esto se llama tentación, y Santiago lo describe así: 

"Cuando   alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no   puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es   tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido."   Santiago 1: 13-14

No es   sino hasta que se toma una decisión de nuestra parte para ceder a la   tentación, que se convierte en pecado. 

"Entonces   la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado,   siendo consumado, da a luz la muerte." Santiago 1:15

Sorprendentemente,   como parte del amor y la gracia profundos de Dios extendidos a todos los cristianos,   Dios nos perdona y nos limpia de todos nuestros pecados. Estamos   absolutamente perdonados al 100%. 

"Si   confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros   pecados, y limpiarnos de toda maldad." 1 Juan 1: 9

Pero   todavía existe el peligro de permitir que el pecado no se controle. Mientras   Dios nos perdona y nos limpia, no necesariamente elimina el camino   destructivo de las consecuencias y circunstancias que el pecado deja atrás.   Si bien Dios siempre nos ayudará en los momentos difíciles, incluso cuando   nuestras propias decisiones lo provoquen, nuestro mejor curso de acción es   hacer todo lo posible para evitar tomar esas decisiones en primer lugar. 

1   Corintios describe dos aspectos importantes para tratar eficazmente la tentación   y el pecado: 

"No   os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; Pero fiel es Dios, que   no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir sino que dará también   juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." 1   Corintios 10:13

Lo   primero es que no estamos solos en nuestra lucha. Puedes saber que hay otros   cristianos, ya sea 30 días o 30 años en su caminar con Dios, que aún luchan   contra el pecado y la tentación común a los tuyos. 

Segundo,   es que Dios no permitirá que seamos tentados más allá de un punto en el que   no podamos tomar una decisión para evitar el pecado. Él siempre proporcionará   una vía de escape. Nuestro trabajo, por desafiante que sea, es encontrar esa   salida en medio de nuestra tentación. 

La   siguiente sección proporciona una estrategia basada en la Biblia para lidiar   eficazmente con el pecado y la tentación. Poner este plan en acción es una   forma más de darle a Dios el primer lugar en tu vida.

Day 3Day 5

About this Plan

Dale a Dios el Primer Lugar

Darle a Dios el primer lugar en nuestras vidas no es un suceso de una sola vez . . . es un proceso de toda la vida para cada cristiano. Ya seas nuevo en la fe o un seguidor "veterano" de Cristo, encontrarás que este plan es fácil de entender y aplicar, y es una estrategia enormemente efectiva para una vida cristiana victoriosa.

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