Las 7 C Para Ganar AlmasSample
Consejo Sabio
La sexta “C” de “Las Siete ‘Cs’ Para Ganar Almas” es consejo: el consejo de Dios. Con esto quiero decir la Palabra de Dios. Es importante que aprendamos a compartir la Palabra con las personas.
Nuestro testimonio es de gran alcance y debemos compartirlo. Pero, aunque eso pueda conmover a las personas e influirlas, la gente necesita saber que usted está anclando su confianza en las promesas de Dios. No solamente en un sentimiento, no solamente porque se sienten conmovidos—inclusive si ese sentimiento proviene del Espíritu Santo.
¿Por qué? Porque los sentimientos cambian. Nuestros sentimientos van y vienen como una montaña rusa. Puede que hoy esté sintiendo a Dios, y mañana sienta que no está por ningún lado. ¿Alguna vez se ha sentido así?
Yo he tenido días en los que me he despertado sin sentir a Dios en absoluto, aunque haya experimentado un buen tiempo con Él la noche anterior. En esos momentos, si me hubiera dejado llevar por mis sentimientos, habría dicho: “Dios, esta mañana me has abandonado”.
Pero yo sé que no lo ha hecho porque la Palabra de Dios lo deja bastante claro afirmando que Dios nunca nos desampara ni nos abandona. Cuando una persona se salva, necesita anclar su fe en las promesas de Dios, no en sus sentimientos.
Promesas como Romanos 10:9–10:
Que si confiesas con tu boca a Jesús por Señor, y crees en tu corazón que Dios le resucitó de entre los muertos, serás salvo; porque con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.
De manera que, cuando testifiquemos a las personas, necesitamos darles el consejo, las promesas de la Palabra de Dios.
Scripture
About this Plan
Cuando nos encontramos con Dios, experimentamos un amor y una verdad que es incontenible. Dios nos cambia de adentro hacia afuera. Necesitamos que Su increíble trabajo en y a través de nuestras vidas se extienda como el fuego, incendiando también las vidas de los demás para su Reino. El pastor Bayless Conley le prepara para tocar las vidas de la gente en su mundo con el fuego viviente de Dios.
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