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"Segunda parte: Un camino difícil – Vencer el miedo."

Siempre que el camino se hace difícil para nosotros, siempre que entramos en el valle de la sombra y sentimos como si ha ocurrido lo peor, es fácil luchar con tener una mentalidad limitada y terrenal. El miedo puede parecer una respuesta natural o incluso razonable a las situaciones y las circunstancias que nos amenazan.

Cuando Pedro intentó convencer a Jesús de que evitara lo que vendría después (sufrimiento y muerte), Jesús lo reprendió enérgicamente. Creo que esos pensamientos de tomar el camino más fácil provienen de un lugar de temor. No podemos imaginar cómo vamos a salir de una experiencia tan terrible y dolorosa, por eso queremos tomar la primera salida que vemos. No queremos sufrir, sin saber cuándo vamos a salir al otro lado (si es que salimos).

¿Sabes que tu cerebro no está diseñado para temer, sino que está diseñado para el amor? El miedo no es una respuesta natural, a pesar de lo que puedas creer. El miedo es una respuesta aprendida y, en realidad, eso es una buena noticia. ¿Por qué? Si puedes aprender a temer, también puedes aprender a no temer.

La respuesta para vencer el miedo es la fe. La fe no es automática; es una decisión que tomas de creer en el amor de Dios por ti y en la integridad de Su Palabra.

Hebreos 13:5 dice: 

«... porque él [Dios] mismo ha dicho: de ninguna manera te fallaré, ni te abandonaré, ni te dejaré sin apoyo. [No lo haré; no lo haré; no lo haré]. De ninguna manera te dejaré indefenso, ni te desampararé, ni te abandonaré (¡relájate, Yo te sostengo!). [¡Ciertamente no!] Así que nos sentimos confortados y animados, y con confianza decimos: El Señor es mi ayudador; no me alarmaré [no temeré, no me amedrentaré ni me aterrorizaré]. ¿Qué puede hacerme el hombre?» (Biblia amplificada).

Él ha prometido nunca dejarnos ni abandonarnos y que nos guiará a través de nuestros días más oscuros. Cuando caminas por el valle de la sombra, cuando doblas una esquina y percibes un camino difícil lleno de dolor y angustia, solo puedes avanzar. Con Dios a tu lado, puedes proclamar con confianza ante el temor: «La bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida; y en la casa del Señor habitaré para siempre» (Sal. 23:6).

¿Qué temor necesitas vencer hoy mediante la fe?

Oración: Señor, me apoyo en ti y te pido que me fortalezcas y me respaldes ante el miedo. Elijo confiar en tu amor infalible que me lleva al otro lado en victoria.