Creciendo en nuestra fe a través de la ansiedadSample

Ansiedad por todas partes 

La gente tiende a lidiar con ansiedad todos los días. Piensa en las diferentes etapas de tu vida. Si eres un estudiante, soltero, casado, padre con niños pequeños, o ya con el nido vacío y/o jubilado, cada edad trae algún tipo de estrés. Cuando eras un estudiante te estresaba obtener buenas notas para llegar a la universidad de tu elección. Una vez en la universidad, estabas preocupado por graduarte y obtener un trabajo. Después de asegurar el trabajo, te cansaste de la vida de soltero, por lo que te preocupaste de tratar de encontrar a tu media naranja. Cuando encontraste a tu pareja, entonces supiste que era tiempo de casarte. Te casaste, y estuviste tratando de que funcionara todo bien para luego darte cuenta que vivir con tu alma gemela no es tan fácil. Todo eso genera ansiedad. Entonces pensaste, «Vamos a tener hijos, eso lo solucionará todo», solo para descubrir que no, porque ahora hay tensión sobre los hijos y su crianza. Al fin, ya estás más cerca de la jubilación, pero estas preocupado por si tu dinero será suficiente para mantenerte en esta etapa.

Cada categoría de la vida trae con ella ansiedad. Pensamos que si solo llegamos a la siguiente categoría, se aliviará la tensión, pero raramente sucede así. Sí, hay algunos momentos en nuestras vidas que son más tranquilos que otros, pero la ansiedad es parte de la experiencia humana. Dios la utiliza como una herramienta para mostrarnos que fuimos hechos para el cielo, y que lo necesitamos a Él aquí en la Tierra.

La Palabra de Dios está llena de versículos que hablan sobre la ansiedad y los miedos. El apóstol Pablo nos dice en el libro de Filipenses, que no estemos preocupados por nada. Todo lo que tenemos que hacer, es presentar nuestras preocupaciones y temores a Dios; Él es nuestro consejero que nos da paz y consuela nuestros corazones. Él es el ancla de esperanza. Nuestro Dios que lleva nuestras cargas y nos da descanso. 

Dios quiere enseñarnos a crecer en nuestra fe a través de la ansiedad; aprender a confiar y caminar en poder con Él.