Deseos Que Nos TransformanSample
Deseo 2: Que otros conozcan a Dios
Otro deseo que debemos tener si deseamos más el Reino de Dios que nuestro propio reino, es el deseo de que otros lleguen a ser hijos de Dios. Es el deseo que las personas que nos rodean conozcan a Dios.
Este deseo nos llena de una pasión por los demás. No queremos que vayan al infierno, sino que sean los hijos perdonados de Dios. Es querer que todos sean más y más como Cristo. Es desear que no tengan vidas llenas de la destrucción del enemigo, sino que vivan la vida con propósito y lleno de su Espíritu.
¿Cómo nos cambia?
Desear que otros sean hijo de Dios nos hace consciente de que cada persona que encontramos en la vida pasará la eternidad o con Dios en su nueva creación o lejos de Él en la tormenta del infierno.
Este deseo produce en nosotros una forma de ver a la gente totalmente diferente. Es ver a los demás y preguntarnos: ¿Conoce a Dios o no?
Nos hace entregarnos a la misión de proclamar el Evangelio a los demás. Enseñamos, nos sacrificamos, invitamos, servimos y hacemos lo posible para guiar a otros a Dios.
Esto es desear lo eterno
El deseo que los demás conozcan a Dios es desear lo eterno. Esto es lo que desea la persona que desea el Reino de Dios: desea la salvación suya y de otros. Los hijos de Dios existen para que otros puedan hallar paz y propósito en Cristo.
About this Plan
Nuestros deseos dirigen nuestra vida. Todo lo que somos y hacemos viene de lo que deseamos. En este estudio, veremos tres deseos primordiales que nos harán vivir cada vez más cerca de Dios. Junto con cada deseo, veremos un hábito que nos ayudará a hacer de este deseo una realidad.
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