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DAY 23 OF 31

 ¿Dónde encuentro la fuerza para batallar contra la ansiedad y el temor?

La mayoría de nosotros pensamos que la paz es un sentimiento. Queremos intercambiar nuestra ansiedad, depresión y temor por una tranquilidad serena. Hay mucha maneras dañinas e ineficaces en que las personas tratan de lograr este sentimiento; siendo las más notable mediante el uso del alcohol o las drogas. No obstante, la paz bíblica comienza, no con el sentimiento de paz, sino con su causa raíz, lo cual significa una relación fuerte y saludable con Dios y con los demás. Por supuesto, la paz con Dios se hace posible solamente a través del Príncipe de Paz. Cuando Cristo establezca su reino eterno, la paz social será la norma.

Dos tercios del uso de la palabra «paz» (shalom) en el Antiguo Testamento tienen que ver con la satisfacción que viene a los humanos cuando experimentan la presencia de Dios. Tal paz se puede experimentar por la presencia de Dios en nuestra vida incluso en circunstancias difíciles.

La preocupación es la ladrona principal de paz en nuestra vida. Evita que nos acostemos y durmamos en paz por la noche. Nos mantiene estresados durante el día. Nuestro Príncipe de Paz, Jesús, enfatizó la inmensa capacidad de Dios Padre de amar y cuidar de su pueblo individualmente antes de que permitan que las preocupaciones de esta vida los dominen. También subrayó el papel importante del Espíritu Santo, el don del Padre, en sustentar al pueblo de Dios [lee Mateo 6:25-34].

VERSÍCULO CLAVE

«No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7, NVI).

IDEA CLAVE

Soy libre de ansiedad porque he encontrado paz con Dios, paz con los demás y paz conmigo mismo.

APLICACIÓN CLAVE: ¿Qué cambio produce esto en mi modo de vivir?

Cuando se trata de situaciones difíciles que no puedas cambiar o arreglar de inmediato —relaciones rotas o dañadas; enfermedades o padecimientos; crisis financieras— acude a Dios en oración. Comienza repasando todas las cosas por las que estás agradecido; hasta el más pequeño detalle agradable. Sé exhaustivo. Entonces presenta tu petición delante de Dios. Simplemente exprésasela con toda sinceridad y claridad. Sé específico. Ofrécele las cosas que estén más allá de tu control o de tu habilidad para arreglarlas. A medida que realices esta práctica espiritual de la oración, una paz más allá de tu comprensión comenzará a florecer en la punta de tus «ramas».

Déjame contarte una historia. En 1956, cuando Steve Saint tenía cinco años, su padre, Nate, voló con otros cuatro misioneros a la selva de Ecuador en un intento por entrar en contacto con la tribu más peligrosa conocida hasta el momento, los Waodani. Después de varios meses de intercambiar obsequios con los nativos, los cinco hombres fueron alanceados varias veces y asesinados a machetazos. Años después, Steve se enteró de que un miembro de la tribu llamado Mincaye había asestado el golpe que finalmente mató a su padre.

A los nueve años, Steve fue a territorio Waodani por primera vez para visitar a su tía, quien era misionera allí, y la visitó cada verano a partir de entonces hasta su muerte. El afecto de su tía por la tribu fue una importante influencia en la vida de Steve.

A los catorce años, Steve y su hermana Kathy decidieron ser bautizados por una pareja de miembros de la tribu Waodani en las aguas junto a la playa donde habían matado a su padre. Steve dice que nunca ha olvidado el dolor y la aflicción de haber perdido a su papá. «Pero no puedo imaginar no amar a Mincaye, un hombre que me adoptó como su hijo, y a los otros Waodani —dice Steve—. Lo que los Waodani pensaron para mal, Dios lo usó para bien. Si tuviera la oportunidad de volver a escribir la historia, no estaría dispuesto a cambiarla».

Esta famosa historia de los misioneros martirizados y sus familias podría haber tenido un final muy distinto; uno lleno de rabia, amargura y odio. Pero prosiguieron a pesar de la terrible tragedia personal y vieron a Dios obrar milagros. ¿Por qué? Porque a través del perdón, la paz de Cristo fue escogida tanto como una respuesta a los Waodani como un regalo eterno ofrecido a la tribu. Una vez más, Dios usó a su pueblo para traer paz y alcanzar al inalcanzable.

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About this Plan

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Experimenta un mayor crecimiento espiritual a medida que aprendes pasos sencillos y dadores de vida para ayudarte a pensar, actuar y ser más como Jesús. Este plan de lecturas de 31 días de CREER del pastor Randy Frazee consiste en meditaciones diarias acompañadas de versículos clave y aplicaciones que renovarán tu mente con las poderosas verdades que se encuentran en la Biblia.

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