Desarrollo De La Autoridad En El Reino De DiosSample

“Derechos de autoridad en el Reino de Dios”

Todo hijo de Dios, tiene el  poder de la representatividad de la autoridad de Dios, que opera en su legalidad y establece la justicia del reino. El poder de la representatividad es un derecho legítimo, que también opera en el gobierno humano cuando el pueblo vota y elige a un político para que lo represente.

En las Escrituras, vemos que hay diferentes tipos de autoridad, que se manifiestan en diferentes esferas, situaciones o circunstancias. 

Autoridad por identificación. Es la autoridad que Dios entregó al hombre por ser diseño divino y por creación natural al poseer su imagen y semejanza, para que, como imagen, representante suyo, señoreara sobre toda la creación. Porque cuando Dios entrega autoridad, siempre lo hace por un tiempo y un propósito determinado, y estos siempre están alineados a sus planes y a su diseño eterno.

La imagen y autoridad divinas, son dos elementos vitales, relacionados con la creación del hombre. Si hemos de poseer la imagen de Dios para expresarlo y ejercer su autoridad para representarlo, someter a su enemigo y sojuzgar la creación, Dios mismo tiene que ser nuestra vida. 

Para expresar a Dios y representarlo de manera plena, es necesario recibir a Dios como nuestra propia vida. Es menester que Dios viva en nosotros y por medio de nosotros, pues sólo así poseeremos plenamente la imagen de Dios para expresarlo y tendremos su autoridad, para representarlo en la tierra. 

La autoridad divina, se relaciona con el Reino, se revela a lo largo de todas las Escrituras. La semejanza de Dios fue impresa en el espíritu del hombre para que tuviera la capacidad de funcionar de la misma forma que Dios lo haría, facultad gubernamental. El diseño de Dios en el hombre lo capacita para ser creador, con sus ideas, su trabajo y sus palabras.

Todo ser humano, por ser creado a imagen y semejanza de Dios, lleva intrínseco en su ser la autoridad para señorear. ¡Somos representantes de Dios en toda la creación! 

Oremos: Padre amado, te estoy muy agradecido por hacerme tu representante para señorear la creación. Tú me diste autoridad sin merecerlo, por gracia, y yo quiero ejercerla de la manera correcta. Dame de tu sabiduría, ilumina mi mente y mi corazón para gobernar de la manera correcta. Amén.