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Señor, Si Quieres Puedes...

3 중 3 일째

Un toque milagroso

Soy una persona que le encanta dar y recibir abrazos. Me gusta sentir el calor de los míos, abrazar y oler a mi esposo, a mis hijos y a mi mamá. Y aunque con Dios no puedo tener ese tipo de interacción física, si puedo sentirlo. Sí, tú y yo podemos experimentar su poder y amor a través de su Espíritu Santo y en nuestra interacción con los demás. Sin embargo, que afortunado fue ese leproso, despreciado por la sociedad, pero sanado y tocado por Jesús. Quien podía sanarlo con una palabra, extendió su mano y lo tocó. Seguramente, ese toque sanó su corazón herido, frustrado con tanto rechazado recibido. El desprecio de todos era su pan de cada día. Jesús era su única esperanza de tener vida de nuevo. Porque estaba vivo, pero no tenía vida.

Que triste es cuando nos sentimos así: vivos, pero sin vida.

Son esas temporadas donde nos ahogamos en la tristeza, la desesperanza, el dolor, el fracaso, la incertidumbre… Una tormenta de malos sentimientos nos hace alejarnos de Dios y rechazamos todas las promesas que Él tiene para nosotros.

Es en esas temporadas donde debemos recordar la hermosa petición que le hizo el leproso a Jesús: Señor, si quieres puedes…

Estas cuatro palabras pueden ayudarte a tener una oración más centrada en Dios, que en ti. Cuatro palabras que pueden ayudarte a descansar en su soberanía. Porque, aunque estamos pidiendo algo, le estamos diciendo que, si Él quiere puede hacerlo. O sea, si Él “no quiere”, o mejor dicho, si no está en su voluntad (agradable, buena y perfecta), no sucederá.

Pero si aprendemos a estar alineados a su voluntad, aprenderemos a pedir lo que traerá honra a nuestro Dios.

Por eso, humillémonos delante de nuestro Dios y pidamos con fe. Porque Él puede extender su mano, tocarnos y sanarnos. Jesús, nos dejó el Espíritu Santo y este se puede hacer sentir de muchas maneras para darte ese toque milagroso que tanto esperas, y necesitas.

Jesús quiere salvarte

Jesús quiere tocarte

Jesús quiere amarte

Jesús quiere responder: Sí quiero…

Señor, gracias por dejarnos en tu Palabra ese encuentro con el leproso. Gracias por demostrarme que me amas, me escuchas, me atiendes, quieres sanarme, limpiarme, quieres darme un toque milagroso. Yo quiero desarrollar un corazón humilde para acercarme a presentarte mis oraciones con una actitud de adoración. En el nombre de Jesús, amén.

La escritora de este plan es autora de varios libros, sigue leyendo más en: De reina a princesa.

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묵상 소개

Señor, Si Quieres Puedes...

Señor, si quieres puedes... Esta frase fue utilizada por un leproso que Jesús luego tocó y sanó. Esta frase debería ser parte de nuestra oración diaria. Aprendamos a pedir con humildad que se haga la voluntad de Dios en nuestras vidas. Todos necesitamos ser sanados y tocados por Jesús. Reflexiona en este tema con este hermoso plan de lectura de tres días.

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