El Milagro Del Arrepentimientoサンプル

¿En serio te arrepentiste?

Medita en quién eres ahora que dices ser hijo de Dios, que confiesas a Jesús como tu Señor y tu Salvador, que dices que el Espíritu de Dios habita en ti. (Mientras escribo, yo también lo hago).

¿En serio te arrepentiste? porque si es así tenemos que ser conscientes de algo: antes de que Cristo nos salvara, nosotros hacíamos y nos comportábamos como hijos del diablo, estábamos en contra de Dios, éramos sus opositores y sus enemigos. ¿Qué significa esto? que si Cristo nos salvó, ya no vivimos en oposición a las cosas del Espíritu porque contra tales cosas se opone la carne. Ahora somos hijos de Dios porque se evidencia a través de nuestra forma de pensar, de hablar y de comportarnos; ahora somos hijos de Dios porque se evidencia en la obediencia que ejercemos ante Él, ahora somos hijos de Dios porque aborrecemos la manera en que éramos y en que vivíamos sin Cristo, en pecado.

Si realmente nos hemos arrepentido vamos a ver los frutos de madurez en el espíritu, si realmente nos hemos arrepentido, cada día vamos a ir creciendo en sabiduría y en obediencia. Es decir, cada día avanzamos en santificación. No quiero decir con esto que no podemos fallar, sería jactancioso. Fallamos, constantemente; sin embargo, si realmente nos hemos arrepentido vamos a perseverar en dejar de hacer y de vivir en el pecado que sabemos es oposición a nuestro Padre. No podemos pretender haber alcanzado la meta de perfección, pero vamos en pos de ella, cada día, en el poder del Espíritu, es nuestra esperanza.

Como hijos de Dios sabemos que estamos siendo perfeccionados cada día; sin embargo, no se nos puede convertir esto en una justificación para pecar. Pensemos en esto: ¿Habrá algo de nuestra vieja naturaleza que pueda agradar a Dios? obviamente la respuesta es "nada", éramos aborrecibles y repugnantes ante sus ojos por causa de nuestra desobediencia y maldad. Ahora piensa en esto: ¿Qué palabras, qué actitudes, qué reacciones, qué gestos, qué malos hábitos de tu vieja naturaleza sigues ejerciendo actualmente? independientemente de cuánto tiempo llevemos en el Señor, es necesario que meditemos en esto y rindamos ante Él con arrepentimiento genuino lo que tengamos que rendir. Sólo así vamos a empezar a cambiar, si no, estaríamos dando por poco el poder del Espíritu que habita en nosotros. No hay excusa, los frutos se tienen que notar.

Hemos sido convertidos por el poder del Espíritu ¿en quiénes? en hijos de Dios, en imitadores y seguidores de los pasos de Jesús. Preguntémonos ¿Me estoy pareciendo a Él?