Hay Esperanza: Devociones de Tiempo de GraciaMuestra

Esperanza para los Desesperanzados: Realmente nos estamos acercando a estar en el cielo

Cuando yo era niño, a mediados de diciembre mis padres cerraban las puertas de la sala, donde estaba el árbol de Navidad: podíamos mirar desde lejos pero no se nos permitía entrar en ella hasta la víspera de Navidad. El árbol estaba decorado por completo, pero no estaba iluminado. En las sombras, podíamos ver montones crecientes de regalos. No se puede imaginar la tensión que sentíamos. Tan cerca, pero aún tan lejos; parecía que el tiempo andaba arrastrándose hasta la víspera de Navidad.

¿Le tiene temor a envejecer? ¿El tiempo viene arrastrándose hacia usted? Sí, lo sé; en la vejez algunas cosas son duras: la pérdida en la visión y la audición, los medicamentos diarios y la artritis no son propiamente regalos. Pero, ¿sabe qué? La cercanía del final de la vida terrenal sólo significa que el que ha envejecido está mucho más cerca de vivir con Cristo en el cielo, donde es Navidad todo el tiempo.

San Pablo escribió: “deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor” (Filipenses 1:23). ¿Lo entendió? Su futuro con Cristo es muchísimo mejor que lo que está pasando en su vida en este momento.

No piense que sus últimos años son años de decadencia. Escuche las espléndidas promesas que le hace la Biblia sobre la vida en el cielo. Imagine que es un niño pequeño que mira desde lejos el árbol de Navidad, sabiendo que su mejor Navidad ya casi está aquí.