Su gracia lo logrará Muestra

Necesitamos gente transparente 

¡Qué bueno es estar al lado de gente transparente y qué difícil es vivir con un perfeccionista! Oro por los perfeccionistas y por los que viven con ellos. Somos humanos. Tenemos dudas, mil preguntas que hacer, pero esto no depende de lo que usted o yo hagamos, ni de quiénes seamos, esto depende de la gracia de Dios en nosotros. 

Usted no puede tratar con la gracia hasta que acepte su propia humanidad. Si fuéramos más transparentes y sinceros podríamos orar los unos por los otros con mayor misericordia y gracia. La palabra dice, que aquél que crea estar firme, mire que no caiga. Si no fuera por la mano de Dios y el amor de los hermanos que se extiende en gracia, sería insoportable vivir. Descubrirá que con toda su enfermedad, Dios lo usará para sanar a otros, porque eso no dependerá de usted. 

A Dios le fascina colocarnos en posiciones difíciles. Si está atravesando una crisis matrimonial, Dios le manda a alguien que tiene un problema en el matrimonio peor que el suyo para ver cómo responde delante de esa persona. Cuando está enfermo y lo que quisiera es estar acostado, se le presenta alguien con un cáncer terminal a pedirle una Palabra de fe.  Usted tiene que sacar fuerzas de donde no las tiene, para creerle a Dios que sana a esa persona, porque esto es por gracia. Era lo que Pablo decía: «Ahora sí que me voy a gloriar, porque cuando parece que estoy más débil es cuando más poder de Dios siento dentro de mí». 

Hace tiempo tuve un fuerte dolor en mi espalda, tanto, que mi esposa tuvo que ir a dormir al sofá de la sala.  El roce de cualquier cosa a mi alrededor me causaba un dolor insoportable.  Aun así, dentro de mí decía: «Quiero ir a predicar a la congregación porque Dios me dio una Palabra para ellos hoy. Voy a predicar aunque tenga que hablar sentado». Ese día los ujieres tuvieron que ayudarme a subir a la plataforma por el gran dolor, sin embargo, ha sido uno de los servicios donde la gloria de Dios se ha manifestado con mayor potencia. Al finalizar la reunión, Dios me dijo: «Esto nunca dependió de ti. Siempre ha dependido de mí. Es mi gracia la que se manifiesta. Es mi gracia la que marca la diferencia». 

¿Qué de aquél que lucha con una depresión? ¿Y qué del débil? ¿Del que tiene un vicio o un complejo? ¿Qué del que tiene un pasado difícil, un ministerio débil? Todos tenemos espinas, todos tenemos un aguijón. Todos tenemos algo de qué avergonzarnos, pero nos cubre su gracia.