La Parte De La Voluntad De Dios Que Nadie QuiereMuestra

No te muevas, Él está en control

Cuando Moisés y los hijos de Israel estaban parados a la orilla del Mar Rojo, con el ejército egipcio acercándose, tomaron una decisión táctica casi increíble: se quedaron quietos. Simplemente se quedaron donde estaban. ¿Por qué? Porque Dios estaba entretejiendo una historia que un puente sobre el agua no podría contar. Los israelitas tendrían que caminar a través del mar para contar la gran historia de liberación de Dios. Es cierto que había otras rutas, otros planes de escape (Éxodo 13:17), y, ciertamente, también les habrían esperado batallas en «los caminos más cortos»; pero Dios quiso llevarlos por el camino largo en una historia que requería un milagro sin precedentes: que el Mar Rojo se partiera.

«Toda nuestra perspectiva cambia —dice Robert J. Morgan, en su libro Red Sea Rules [Reglas del Mar Rojo]— cuando, al encontrarnos en un lugar difícil, caemos en cuenta de que el Señor nos puso allí, o bien, permitió que estuviéramos allí, probablemente por razones conocidas en el momento solo por Él».¹ Su meta para los israelitas atrapados no era el momento que Moisés seguramente veía a través de su perspectiva, sino la historia intemporal de la grandeza de Dios que sería contada y vuelta a contar a lo largo de la historia.

Cuando tú y yo comenzamos a ver el plan completo de Dios en lugar de la pequeñita parte que está inmediatamente delante de nosotros, la confianza resurge. Podemos confiar en que nuestro Dios nos llevará a buen puerto. Él fue fiel con quienes nos antecedieron, y seguirá siendo fiel con nosotros (Salmos 119:90).

Los mártires, las viudas, los huérfanos, los empobrecidos, los olvidados, los perseguidos y los heridos han encontrado que Cristo es fiel. Con una historia tan rica detrás de Él, no va a arruinar su reputación por dejarnos colgados. No solo actúa con fidelidad; Él es fiel. Yo no solo actúo como Gregg Matte; yo soy Gregg Matte. Ese es quién soy, y es todo lo que puedo ser. Él es fiel. Eso es quién es Él, y es todo lo que puede ser. «Fiel es Aquél que los llama —escribió Pablo a la iglesia de Tesalónica—, el cual también lo hará» (1 Tesalonicenses 5:24). Y nuevamente a la iglesia de Corinto: «Fiel es Dios, por medio de quien fueron llamados a la comunión con Su Hijo Jesucristo, nuestro Señor» (1 Corintios 1:9).

Notas
1. A Robert J. Morgan, Red Sea Rules [Reglas del Mar Rojo] (Nashville, TN: Thomas Nelson, 2001), p. 7.

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