Plan de guerra espiritualEjemplo

DÍA 1: La batalla contra el mal

Al ser salvo, pensé que mi vida sería caminar junto a aguas tranquilas y recostado en pastos verdes. No sabía que aceptar a Jesús como capitán de mi salvación era alistarme como soldado en el ejército de Dios.

Aprendí que los creyentes son soldados y Jesús no vino a traer paz sino espada. Descubrí que soy más que vencedor en Cristo, lo que también me dice que hay fuerzas malignas e invisibles tratando de conquistarme.

Recuerda esta verdad: el enemigo viene a matar, robar y destruir. Cada demonio tiene la misma misión. Cómo lo hacen —tácticas y estrategias— son diferentes. Un espíritu de temor ataca tu fe, por ejemplo, pero uno de rechazo ataca tu identidad. Satanás es estratégico. Su ejército está altamente organizado y envía espíritus específicos contra los creyentes para desviarlos de su propósito en el reino.

Mi oración es que obtengas discernimiento para identificar los espíritus que se oponen a tu vida —y las de los que amas— y desarrolles habilidades espirituales para pelear. La esclavitud espiritual se manifiesta de muchas formas, pero la buena noticia es que la victoria puede ser tuya. Al caminar en la autoridad dada por Dios podemos efectivamente dar la pelea y ganar la lucha.