«La Elección Para Toda La Vida»Muestra

     «Esa sí que es una mala elección»
 

    Al considerar la verdad de que, «el que encuentra esposa halla el bien»,   vemos en las Escrituras que algunos tomaron decisiones correctas, pero otros   hicieron malas elecciones. Pienso en Manoa, él halló el bien y en el capítulo 13 de Jueces puedes leer acerca de su elección. Job, por el contrario, hizo una elección que no fue tan buena. ¡La esposa de Job, lo instó para que maldijera a Dios y se muriera! ¿Te gustaría vivir toda la vida con una esposa   como ésta, una persona que gasta todas sus energías diarias tratando de alejarte de la voluntad revelada de Dios, a través de sus sugerencias y sus poderes de persuasión? ¡Esa sí que es una mala elección!
 

    Sansón hizo otra mala elección cuando dijo a sus padres: «Yo he visto en Timnat una mujer de las hijas de los filisteos; os ruego que me la toméis por mujer». Si observas atentamente sus palabras, ¿qué es lo que Sansón está diciendo? «¡Ella me excita! Ella gratifica mis sentidos. ¡Consíganmela!» Los padres de Sansón respondieron: «¿No hay mujer entre las hijas de tus hermanos, ni en todo nuestro pueblo, para que vayas tú a tomar mujer de los filisteos incircuncisos?» Pero Sansón ordenó: «Tómame ésta por mujer, porque ella me agrada».
 

    En el transcurso de los años, he visto cómo se formaron muchas parejas. Es   interesante pero generalmente se cumple el dicho popular: «¡Dios los cría y ellos se juntan!». No obstante, algunas veces sucede que una muchacha maravillosa es atraída por una «criatura extraña», que la hace descarriar, ¡y el resultado es «un mal negocio», con consecuencias para toda la vida! El apóstol Pablo coloca algunos conceptos básicos cuando escribe: «No os unáis en yugo desigual con los incrédulos».
 

    Es interesante pensar en los mensajes que uno recuerda, porque te garantizo que habrá algunos que escucharás y recordarás el resto de tu vida; ¡pero otros ni siquiera los recordarás al día siguiente! Hace muchos años, estaba trabajando en la Isla de Palabra de Vida, cuando el Dr. Charles Ryrie, preguntó a un pequeño grupo de jóvenes que disfrutaban de un helado mientras   navegaban en una pequeña balsa, en referencia a la elección de una esposa: «¿Es compatible tu elección?».
 

    Recuerdo muy claramente esas palabras porque, en ese entonces, estaba   saliendo con una maravillosa muchacha, creyente, que amaba al Señor. No   obstante, cuanto más pensaba en lo que decía y examinaba nuestra relación a   la luz de su mensaje, más me persuadía Dios de que la relación no era compatible.