No Tengas Miedo: Devociones del Ministerio Tiempo de GraciaMuestra

Dios me ha dado un lugar en su iglesia Cuando una persona llega a ser creyente, le ocurren todo tipo de cosas maravillosas, tanto si ha llegado a ser parte del cuerpo de Cristo siendo un recién nacido o como un jubilado. Su relación con Dios cambia de enemigo a hijo; su futuro cambia de condenado a salvado; su apariencia espiritual cambia de sucio a glorioso ante los ojos de Dios. Otro de los beneficios maravillosos que se adquieren es una enorme cantidad de nuevos amigos y familiares. Cuando uno se conecta a Cristo, también se conecta de forma automática a sus hermanos y hermanas. ¿No es asombroso? Posiblemente ningún cristiano pueda decir “Estoy solo”; “recuerden que en otro tiempo estaban sin Cristo, separados de la nación de Israel, y no tenían parte en las alianzas ni en la promesa de Dios. Por eso, ustedes ya no son extranjeros, ya no están fuera de su tierra, sino que ahora comparten con el pueblo santo los mismos derechos, y son miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:12,19). ¿Es usted miembro de una congregación? Entonces tiene una red de personas con las que adora, ora, sirve, ríe, crece en la fe y aprende. Por medio de su iglesia, usted puede ser un importante animador para otros que están luchando; y allí puede permitir que otras personas le sirvan. Y así llegará a saber lo importante que es en el plan de Dios.