Lidiando con los sentimientosMuestra

A veces todo el mundo se ENOJA: se enfada, se frustra, se lastima, se amarga o se pone celoso. Sentirse enojado por lo general significa que sientes que alguien te ha hecho algo malo. Sentirse enojado también puede provenir de que las cosas no salen como querías. A veces esto se convierte en sentir que Dios ha hecho algo malo contigo. No está mal sentirse enojado. Jesús se enojó cuando estuvo aquí en la tierra, y Dios también se enoja.

Pero los sentimientos de enojo a menudo se convierten rápidamente en decisiones pecaminosas. Los sentimientos de enojo son como el fuego. Queremos que la gente sepa lo equivocada que estaba la otra persona, así que seguimos echando más leña o combustible al fuego para mantenerlo, pensando en ello y contándoselo a la gente y aferrándonos a los sentimientos de enojo. Pero somos nosotros los que nos quemaremos por quedarnos tan cerca del fuego. Cuando intentas otras cosas como gritar, golpear la pared, o tratar de vengarte de la persona lastimándola, esas cosas realmente no sanarán tu corazón. Seguirás sintiéndote enojado.

La única manera es perdonar. A veces eso es fácil; simplemente lo superas con el paso del tiempo y dándote cuenta de que no fue tan importante. Perdonar es realmente difícil a veces, especialmente cuando la persona no lo merece y no está arrepentida. Dios tiene el poder de perdonar incluso a las peores personas que jamás hayan vivido, y Él puede darnos ese poder cuando se lo pedimos. Di esto en voz alta: “¡Cuando me siento ENOJADO, Dios me da poder para perdonar!”