El viaje del legadoMuestra

Para nuestro placer

Necesito decirle algo por adelantado. Si hace las cosas de las que hablamos durante un período de tiempo, va a construir riqueza. Esa no es una promesa teológica de la prosperidad mágica. Es lo que vemos claramente en las Escrituras. El diligente prospera, y el administrador fiel obtiene más para administrar.

Pero la Biblia es igual de clara sobre esta otra cosa. El dinero puede ser peligroso. Es una herramienta poderosa, y esa es exactamente la razón por la cual Dios no se lo da a niños espirituales. La riqueza puede ser engañosa, por lo que debe abordarla con una actitud madura.

Un gran error que las personas, incluidos muchos cristianos, cometen con dinero, confunde al Proveedor con las cosas que proporciona. Mire, el dinero es solo un método que Dios usa para movernos a través del Ahora y el Después, Nosotros y Ellos. Es una herramienta. Pero no adoramos la herramienta. No adoramos el método. Nosotros adoramos al Proveedor.

En 1 Timoteo 6:17, Pablo escribió que Dios nos da cosas materiales para disfrutar. Desde la perspectiva de Dios, la riqueza no es malvada, y la riqueza no vuelve malvadas a las personas. Esa es una mentira que nuestra cultura ha propagado, pero contradice lo que dice la Biblia. Dios quiere que aprovechemos al máximo lo que Él nos ha dado. Pero tenemos que tener cuidado.

Pablo también dijo que no podemos confiar en "riquezas inciertas". Tenemos esta tendencia en el corazón humano de adorar ídolos. Y cuando eres espiritualmente inmaduro, una pila de dinero puede convertirse fácilmente en un ídolo. Pero usted no puede sacar su valor o seguridad de la riqueza. Lo decepcionará todo el tiempo.

Martin Luther dijo una vez: "He tenido muchas cosas en mi mano, y las he perdido todas; pero todo lo que he puesto en las manos de Dios, eso aún lo tengo ". En otras palabras, nunca olvides que Dios realmente es el dueño de todo. Esfuércese por ser un administrador fiel de todo lo que Él le ha dado. Disfrute de cosas agradables con la bendición de Dios; solo asegúrese de que sus cosas bonitas nunca se conviertan en los dueños de usted.