Ebenezer - Hasta Aquí Nos Ayudó Jehová 2.0Ejemplo

Reflexión Jueces 7 - 8

Observa cómo Dios trabaja en la fe de Gedeón, pero también cómo lo hace para que el pueblo no tenga duda de que la liberación vino del Señor y no de Gedeón. A medida que avanza la narrativa, vemos en él una actitud de obediencia y humildad.

La manera en que Dios liberó al pueblo usando solo 300 hombres contra un ejército de 135.000 (Jueces 8:10) fue un milagro innegable. No había duda de que fue una intervención divina; era Dios operando. Gedeón y sus hombres lo sabían, pero aun así, el pueblo le atribuyó la victoria y le pidió que se convirtiera en su rey. En un principio, él rechazó esta oferta, declarando que solo Dios debía gobernar sobre Israel.

Sin embargo, con el tiempo, su corazón se desvió. Aunque rechazó formalmente el título de rey, empezó a vivir como uno. Se rodeó de riquezas, tomó muchas mujeres y, lo más significativo, fabricó un efod, un objeto con connotaciones religiosas y de autoridad, algo que él mismo se otorgó. A pesar de su buen comienzo, su orgullo y deseo de poder lo llevaron a perder el enfoque.

¿Te das cuenta de cómo su corazón se desvió y se engrandeció? Así somos muchas veces. Sabemos lo que Dios quiere, obedecemos en ciertas áreas, pero luego, cuando alcanzamos logros o éxitos, actuamos como si todo fuera por nuestra propia capacidad. Se nos olvida que es Dios quien obra y nos da la victoria.

Te invitamos a reflexionar en esto:

• ¿Has examinado tus motivaciones?
• ¿Reconoces que todo lo que tienes y logras es por y para Dios?
• ¿Te encuentras humillado, viviendo como un siervo, o te has creído el rey de tu propia vida?

Medita en la aplicación que tiene sobre tu vida lo que has leído.