Aceite De MirraEjemplo

"Soltando el maná"

"Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana" (Exodo 16:19).

En el tiempo de sanidad Dios me hizo entender que para él mi FE era muy importante, que, así como Ester quería afirmar mi dependencia y confianza en él. Quería enseñarme a caminar en sabiduría y no fiarme de mi propio entendimiento (Prov 3:5-6). Yo pensaba que ya estaba lista para casarme, que no me faltaba nada y que estaba en el momento correcto para dar ese gran paso. Podía amar a alguien, tenía un trabajo estable, tenía 25 años y me iba bien en mi servicio en la iglesia. ¿Qué más tenía que esperar? Ay amiga, la respuesta a esa pregunta era muy sencilla y yo no lo entendí hasta que me tocó enfrentarme a uno de los gigantes más grandes en mi vida: mi falta de fe.

Entendí que la ansiedad, la impaciencia y las preocupaciones que a veces invadían mi mente solo eran producto de una cosa, mi deseo de controlar el futuro. La intención de Dios en mi vida era trabajar mi fe y hacerme soltar el control. Sí amaba a Dios, le servía como él me lo pedía, era fiel en las cosas pequeñas, amaba a las personas y daba lo mejor de mí. Sin embargo, esta área de mi vida, este mi corazón siempre intentaba guardar maná, es decir, asegurarse de que mañana todo iba a estar bien. Selah

¿Te recuerdas cuando el pueblo de Israel guardaba maná en el desierto? La instrucción clara de Dios era: “Ninguno deje nada de ello para mañana” (Ex 16:19). Es exactamente lo que a veces tú y yo hacemos, tratando de buscar algo tangible en que poner nuestra confianza. Mi caso era este, inconscientemente había guardado mana por mucho tiempo, no le estaba dando las riendas de esta área de mi vida, y eso no me permitía experimentar a Dios como total proveedor de no sólo mis bienes materiales, sino también de todo lo que mi alma y corazón necesitaran.

Necesitamos caminar confiando en que Cristo siempre provee, que Él es la fuente de todo lo que buscamos, Él siempre tiene planes de bien para nosotros sus hijos, para darnos un futuro de acuerdo a su voluntad (Jer 29:11). Querida amiga, sé que cuesta confiar cuando no ves una respuesta, pero que tal si te dijera que no se trata tanto de la respuesta sino del camino que recorremos hacia ella. Nuestro Padre anhela ver corazones confiados y dependientes en él y es exactamente lo que buscaba en su pueblo en aquellos días, cuando los llevaba a dar vueltas y vueltas en el desierto, pero les costó entender que se trataba de sus corazones más que de la tierra prometida. Dios está dispuesto a bendecirte y a darte el futuro que esperas, pero su mayor misión es tu corazón, así que juntas tomemos de él lo que necesitamos y dejemos de guardar maná innecesario.

Oración: Señor Jesús, hoy decido soltar este maná que había guardado por mucho tiempo. Perdóname por a veces fiarme de mi propio entendimiento y querer tener el control de todo. Enséñame a confiar planamente en ti, a depender sólo de ti y a entender que tú eres suficiente. ¡Amén!