[Sé un Caballero] IdentidadEjemplo

Entiende quién eres

Oscar Wilde, el poeta y dramaturgo irlandés, dijo una vez: «Sé tú mismo; las demás identidades ya están ocupadas». La identidad es la piedra angular de la vida de cada persona.

El deseo más profundo en el corazón humano es ser significativo, ser tomado en cuenta, hacer la diferencia y ser importante. Este deseo proviene de haber sido creados por Dios. Él otorga a cada uno de nosotros dones y talentos únicos destinados para el bien de la humanidad. Tu identidad es una impresión divina, un reflejo de creatividad y propósito. Has sido creado de manera asombrosa y maravillosa. Tus dones y talentos no son aleatorios; te han sido dados de manera intencional para cumplir un propósito más grande que tú mismo. Tus dones están destinados a servir a los demás, a llevar luz y bondad al mundo.

Entonces, ¿cómo encuentras tu propósito en la vida? ¿Qué puedes hacer para trabajar hacia la importancia y hacer una diferencia en este mundo? Todo comienza reconociendo la intención de Dios y quién te hizo ser. Para entender quién eres en tu interior, determina cuáles son tus valores, creencias, fortalezas y debilidades. No se trata solo de la autopercepción. Con una evaluación honesta de quién eres en este momento, puedes determinar más claramente quién puedes llegar a ser.

James Clear, autor del libro Atomic Habits (Hábitos Atómicos), dijo: «Tus comportamientos actuales son simplemente un reflejo de tu identidad actual. Lo que haces ahora es una imagen en el espejo del tipo de persona que crees que eres (ya sea consciente o subconscientemente). Para cambiar tu comportamiento de manera duradera, necesitas comenzar a creer cosas nuevas sobre ti mismo. Entonces, si cambias tu identidad (el tipo de persona que crees que eres), será más fácil cambiar tus acciones».

Lo primero que debemos empezar a creer sobre nosotros mismos es que nuestra verdadera identidad está fundada en nuestra rendición a Cristo, en permitir que Él viva a través de nosotros en lugar de esforzarnos por hacerlo solos. Cuando lo colocamos en el centro de nuestra historia, significa que vemos nuestras vidas como una narrativa principalmente moldeada por las enseñanzas y sacrificio de Jesús, con nuestras propias experiencias y acciones tomando un segundo plano. Finalmente, encontramos sentido y propósito a través de nuestra relación con Él. Esencialmente, nuestra historia de vida se convierte en un reflejo de su amor y gracia, en lugar de estar enfocada solo en nuestros propios logros o luchas.

¿Cuáles son algunos de tus valores fundamentales? ¿Qué dones y talentos únicos posees? ¿Cómo pueden ser usados para el bien de los demás? Reflexiona sobre tu vida. Los cuatro días de este devocional no tienen que completarse en incrementos de 24 horas. Responder a estas preguntas requiere de toda tu atención. Date el tiempo y la gracia necesarios para hacerles justicia.

Dios, abre mis ojos para ver quién me has hecho ser y cómo puedo cumplir mejor tu propósito para mí.