Victoria en la CruzEjemplo

La enfermedad del hombre

¿Te has hecho alguna vez las siguientes preguntas? ¿Por qué Jesús tuvo que derramar Su sangre en una cruz? ¿Por qué Jesús no murió simplemente a causa de una enfermedad o por ser de edad avanzada? Comprender el verdadero significado de la sangre de Jesús nos permitirá amarlo de manera más profunda y estar completamente unidos a Él. La importancia de la sangre de Jesús es el centro de nuestra fe y va mucho más allá de simplemente mencionar la frase "la sangre de Jesús" en nuestras oraciones. Representa el único acto que trajo salvación a una creación que había sido infectada por la peor de las enfermedades: el pecado.

El pecado mata nuestro espíritu, así como el cáncer mata el cuerpo poco a poco. Cuando Dios creó a Adán y a Eva, depositó en ellos Su imagen y semejanza. Esto significa que dentro de ellos existía la naturaleza de una creación perfecta, diseñada para habitar en la presencia de Dios sin ningún mediador. Sin embargo, Adán y Eva perdieron esa naturaleza al ser contaminados por el pecado, debido a su desobediencia a la única orden que Dios les dio:

Ahora, la enfermedad del pecado nos deja fuera de la presencia de Dios, dándole entrada a todos los males en este mundo que matan nuestro espíritu, alma y cuerpo. En Romanos 3:23 se menciona que, debido a la naturaleza que heredamos de los primeros hombres en la tierra, Adán y Eva, no hay un solo hombre o mujer que busque lo bueno, sino solo el pecado. Esto nos impide alcanzar la gloria de Dios, ya que no podemos cumplir los mandamientos en su totalidad.

Si estás luchando, intentando alcanzar a Dios por tus propios esfuerzos, quiero recordarte que no hay nada que tú ni yo podamos hacer para alcanzar a Dios por nosotros mismos. Llevar la carga de intentar vivir bajo reglas y no por gracia puede agotarnos, causarnos vergüenza cuando fallamos y privarnos de disfrutar plenamente los beneficios del sacrificio de Jesús en la cruz.

Hoy, en este primer día, tómate un momento para agradecer a Dios por haber provisto un camino, puro y santo, por el cual podemos andar con confianza, sabiendo que es gracias a Su sangre que hemos sido limpiados de la enfermedad del pecado.