Gobernando bien tu casaMuestra

Tú

El liderazgo comienza con el dominio propio. Antes de gobernar tu casa, necesitas gobernarte a ti mismo. Esto implica rendir tus deseos, hábitos y prioridades a la guía del Espíritu Santo.

Romanos 13:11-14 nos exhorta a desechar las obras de la carne y vestirnos de Cristo. Liderarte a ti mismo requiere una comunión diaria con Dios a través de la oración y la meditación en Su Palabra. No puedes guiar a otros si no estás siendo guiado por el Espíritu Santo. Esto incluye cultivar disciplinas como el autocontrol, la paciencia y la humildad, que reflejan el carácter de Cristo.

El crecimiento espiritual personal tiene un impacto directo en cómo lideras tu hogar. Un esposo, padre o líder que se esfuerza por alinearse con los principios de Dios inspira confianza y respeto. Este proceso no es instantáneo, pero al depender de Dios, puedes superar tus debilidades y convertirte en un modelo para tu familia.

Aplicación práctica:
Dedica tiempo esta semana para reflexionar sobre tus hábitos y prioridades. Identifica una área específica donde necesitas trabajar y ora por la ayuda de Dios.