La oración es una actitud

¡La base de una vida en fe es creer! ¡Pero no creer en cualquiera, es creer en el único y verdadero Dios!

José fue un ejemplo de no abandonar los sueños dados por Dios. Porque quién primero habló fue Dios y no el hombre. En oración mantienes la firmeza de los anhelos de Dios, pero toda bendición trae consigo un grado de dificultad al avance. Si fuera fácil cualquiera lo tendría: pero requiere dar más en tiempos difíciles.

Entonces la gran pregunta aquí sería:

¿Cuál es tu actitud al orar?

Tienes dos opciones: o te convences que Dios responde o renuncias antes de clamar y lo das por perdido. El poder de la oración es tan grande que si tú lo crees, así será. Me gustaría que llevaras una lista de oración, la disciplina hace parte de la esencia de Dios, pero la creatividad también; así que: sé disciplinadamente creativo con Dios. Ilustra, no solo un listado sino un panorama donde enamores a Dios a través de tu oración.

Arriésgalo todo en oración, Dios no te abandonará. Si Él dijo algo: Él lo hará. Dios mismo lo cumplirá, pero arriésgalo todo no por ti sino por Él. Corresponde a su gran amor, esa nueva oportunidad que te ha dado, ha sido por gracia. Y se cumplirá cada promesa si caminas en obediencia: ¡lugar que toques, lugar que será transformado!. A donde vayas irás con Jehová, ¡ya no vas solo!. Él va en ti y por ti, pero no funciona con que hagas cosas a medias, sin duda creer a medias es no creer: es dudar, es resistirte al cambio. Tu oración debe estar basada en la confianza, extralimitate con Dios. Por más de que la gente te haya fallado, Dios nunca lo ha hecho, es más: ni lo ha pensado. Por eso, tu nivel de confianza en Dios debe ser alto, muy alto.

¡Si alguien siempre ha cumplido su palabra es Él! ¡Es un Dios de promesas, pero también de pactos!

Abandona tus temores, pero no abandones tu oración, trae tu cuaderno o diario de oración y consigna tus dudas allí, pero en cuanto a tu boca: suelta solo fe. Ten presente la vida de Abraham, el Padre de todos lo que tienen fe. De igual forma, en la vida de Noe, el hombre que creyó sin ver. Esto me lleva a pensar como él logró demostrar que tenía fe. Muy sencillo: desarrolló tanta confianza en Dios que el secreto estuvo en que grabó en su corazón la lección que Dios impartió con el diluvio.

Deseo que en este devocional Dios te haya hablado directamente a tu corazón, mi mayor anhelo es verte crecer en la fe. Para más devocionales, puedes seguirnos a través de nuestra canal de Youtube @devocionalton dónde cada mañana publicamos un devocional diario y en Instagram @pastorfrankmar.

Recuerda que con Dios es todo o nada.