Conquistar El Miedo a Compartir Tu FeMuestra

Las personas no están tan cerradas como piensas.

La mayoría de las personas están más abiertas a hablar sobre la fe, la religión o Dios de lo que podríamos esperar. Sin embargo, si te quedas en silencio, te quedarás con una multitud de conversaciones negativas en tu mente. A menudo, nuestra mente crea docenas de escenarios aterradores sobre cómo podrían reaccionar las personas a las conversaciones sobre la fe. Pero la realidad es que casi ninguno de estos escenarios se cumple. Por el contrario, las personas suelen reaccionar positivamente a las conversaciones agradables y constructivas.

Si intentas hablar más sobre Cristo, es probable que descubras que las personas son mucho más amables y están más dispuestas a participar en conversaciones de lo que a veces pensamos.

Al reflexionar sobre todo lo que has leído en los últimos cinco días, considera esto: el Señor es la parte más importante de tu vida, así que esfuerzate por centrarte más en Su Palabra, llenando tu corazón con Su bondad y luz. Comparte tus miedos con Jesús y pide a tus amigos que oren por ti. Reenfoca tus temores al entender lo que generalmente sucede en la realidad y aprende a responder adecuadamente, confiando en Dios.

Reflexiona: Considera todo lo que has aprendido en los últimos cinco días. ¿Cómo pueden estos conocimientos ayudarte a comenzar a compartir tu fe con los demás?

Actúa: Intenta iniciar una conversación sobre la fe en un grupo donde te sientas cómodo. No tienes que compartir tus propias experiencias de inmediato; puedes comenzar con una discusión general sobre la fe. Esta puede ser una buena manera de acostumbrarte a hablar sobre la fe en un ambiente relajado.

Padre Celestial, te pido que vayas delante de mí, preparando los corazones de aquellos con los que compartiré tu amor, para que tengan la mente abierta y estén dispuestos a escuchar Tu Buena Nueva. Te pido confianza para ser vulnerable y mantener conversaciones intencionales con amistad y cariño. Señor, te agradezco que incluso cuando siento miedo, Tú estás a mi lado, y puedo confiar en Ti para que me guíes en una dirección que sea fructífera y pueda llevar a otros a conocerte. Amén.