El Niño Que RegresóMuestra

¿Alguna vez te has sentido abrumado por la presión de estar a la altura, ya sea en la escuela, algún deporte o con tus amistades? A veces, en esta etapa de la vida, puede parecer que todo gira en torno a cumplir expectativas o estar a la altura. Pero el punto es que el amor de Dios es diferente, es incondicional. Eso significa que no depende de lo que hagas, cuán bueno seas o si has cometido errores. ¡Imagina ser valorado tan profundamente que alguien daría todo por ti! Esa es la esencia del amor de Dios. Dios nos dio a Jesús como sacrificio para salvarnos, y gracias a ello tienes la increíble oportunidad de experimentar su amor y gracia cada día.No necesitas estar a la altura, desempeñarte de cierta forma ni ganártelo. Su amor está disponible para ti, ¡sin importar qué!

Hoy, considera cómo el amor de Dios impacta tu vida cotidiana. Luego, piensa en cómo puedes compartir ese amor con alguien más durante esta temporada.