Plan Mensual "Lámpara a Mis Pies" - ENEROMuestra

“Uno de los fariseos rogó a Jesús que comiese con él. Y habiendo entrado en casa del fariseo, se sentó a la mesa”

Aprendemos el poder que hay en la oración con ruego. El fariseo, aunque era pecador, hizo algo poderoso: ¡rogó! El ruego es una oración con desespero, con necesidad, con anhelo de un cambio total. Jesús entró en la casa porque fue invitado, Jesús se sentó a la mesa de un hombre que quería su presencia ahí. Jesús nunca se va a autoinvitar, él espera que estemos como este hombre pecador, desesperados por que Él entre a nuestras vidas.

Unamos nuestra oración a las palabras del Salmista: “Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré”.