Regresa a tu primer amorMuestra

Amor que da pertenencia

Los estudiosos del comportamiento han determinado que el ser humano tiene a la necesidad de la afiliación entre las más básicas e importantes para su desarrollo de vida.

Necesitamos ser parte de algo y que se nos reconozca y acepte como parte del grupo, de la manada. Por eso nos alegra ver a otra persona con la camiseta de nuestro equipo preferido, nos sentimos cómodos pasando tiempo con quienes tengan temas de conversación y aficiones similares a las nuestras y hasta buscando la aprobación ajena por medio de likes en redes sociales.

Dios, al ser el Creador del universo y nuestro Creador personal, lo entiende muy bien y por eso nos ha invitado a ser parte de Su familia. Por medio de Su gran amor nos ha permitido ser hechos hijos suyos y no solamente creación (1ª Juan 3:1). Y no sólo eso, sino que continuamente está pendiente de nosotros, hablándonos a nuestro corazón y por medio de las cosas que nos rodean. Podemos escuchar Su voz, reconocerla y tener la seguridad de que, en Él, nuestras vidas están e el mejor lugar.

Cuando damos vuelta atrás y regresamos al primer amor, tenemos la oportunidad de quitarnos las vendas de nuestros ojos y oídos y darnos cuenta que Dios nos ama y nos acepta como somos, que pertenecemos a Su rebaño y que, por medio del sacrificio de Cristo en la cruz, podemos tener también el perdón para nuestros pecados. Nunca más estaremos solos.

Oración:

Señor, he caminado mucho tiempo alejándome de ti, buscando mis propios sueños egoístas y desperdiciando mi vida en cosas pasajeras sin saber realmente para donde iba o qué estaba haciendo. Permíteme regresar a tu rebaño, a tu cuidado, a sentir tu amor de Padre y ayúdame para poder cumplir con Tu voluntad. Habla a mi corazón y permíteme reconocer Tu voz y seguirte. En el nombre de Jesús, amén.