Tu Identidad en CristoMuestra

Ser trino

Ahora sabes que nosotros hemos sido creados y “capaces” de habitar en el Reino de Dios. Que Jesús hizo posible que naciéramos de nuevo y pudiéramos ver y entrar en el Reino de Dios.

¿Qué significado tiene esto en nuestra identidad en Cristo?

Algo que el mundo no te puede dar.

Ahora eres una nueva persona. Nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas (2 Corintios 5:17).

Estabas perdido, ahora fuiste hallado.

Estabas atado, ahora eres libre.

Estabas muerto, ahora estás vivo.

Eras pecador, ahora eres justo delante de Dios.

Eras esclavo, ahora eres hijo.

Eras oscuridad, ahora eres luz.

¡Qué maravillosa noticia es esta!

Eres hecho completamente nuevo, santo, puro y sin mancha.

La pregunta es: ¿De dónde viene todo esto que ahora eres?

Así como Dios, Jesús y el Espíritu Santo son uno, la Trinidad, pero uno solo, así también tú eres un cordón de tres dobleces, pero una sola persona.

Porque tenéis espíritu, alma y cuerpo (1 Tesalonicenses 5:23).
Un ser trino, pero uno solo.
Tu “carne” es el “cuerpo”.
Cuando miras tu apariencia externa no habrá cambiado mucho.
Tu cuerpo sigue luciendo igual después del renacimiento.

Tu “alma” es tu hombre “sensorial”. Lo que sientes, oyes, saboreas, hueles y ves forma tu mente. Eso es tu alma. Sigue siendo la misma después de tu renacimiento.

Lo que se ha vuelto completamente nuevo es tu “espíritu”.
“Estaba” muerto, “estaba” en tinieblas, “estaba” infectado por el pecado, y esa “era” tu naturaleza pecaminosa.

¡Pero ahora has nacido “de nuevo”!

Has recibido la “naturaleza” de Cristo.

Tu espíritu renacido es idéntico a la naturaleza de Jesús. Dios ahora te ve “completo” en Cristo (Colosenses 2:10).

De modo que de esto se ocupa inmediatamente de la inseguridad, del rechazo, las malas opiniones de los demás y de tu propia imagen distorsionada de ti mismo.

Si Él dice que eres “íntegro”, entonces eso es lo que eres. ¿Amén?

Así que no dejes que nadie te convenza de que todavía no eres lo suficientemente bueno y que tienes que hacer todo tipo de cosas para ser amado por el Padre.

No quieras decir de ti mismo que todavía hay cosas malas dentro de ti: ¡Estás lleno y pleno!

Tómate un momento para decirte a ti mismo:

¡Estoy lleno y pleno en Cristo! ¡Soy un hijo amado de Dios!

¿Amén?