Cuando Todo Parece PerdidoMuestra

Recordemos lo que hemos aprendido:

• Sentir que estamos enterrados, que nuestros sueños han muerto y que todo es oscuro, significa que en Cristo estamos plantados y esto traerá algo mejor.
• Lo primero que crece de una semilla es su raíz, así que lo primero en lo que debemos enfocarnos después de perderlo todo es reforzar nuestras bases y morir a las cosas que no nos ayudan en este proceso.
• El agua que necesitamos para crecer se llama Espíritu Santo. Esto significa que debemos enfocarnos en tener una relación más cercana con Él.
• Expandir las raíces de nuestra semilla significa dar pasos de fe hacia lugares que nos permitirán crecer espiritualmente.

En este último día quiero hablarte sobre el fruto.

Cuando un árbol florece, no solo da una cosa, da muchas: flores, frutas, semillas y frutos secos, y todo eso es clave. No solo alimenta al árbol, sino que también ayuda a los animales y a nosotros, y permite que crezcan más plantas. Cada tipo de fruto tiene su rol en el ciclo de la vida.

Ahora, hablemos de nuestra fe. Cuando pasamos por momentos difíciles, es como estar en un invierno emocional. Si nos tomamos el tiempo para sanar y estar con Dios, al final de esa etapa, también podemos dar frutos. Estos frutos son las lecciones y la fuerza que podemos compartir con otros.

Mira el caso de Job en la Biblia. Después de perderlo todo y sufrir un montón, Job no solo fue restaurado, ¡sino que recibió aún más bendiciones que antes! En Job 42:12 dice que, al final de su vida, tuvo más que al principio. Esto muestra que, a pesar de su dolor, su historia se volvió inspiración para otros.

Así que, al igual que un árbol que da frutos, nosotros también podemos generar cosas buenas a partir de nuestras luchas. Lo que aprendemos y cómo sanamos puede ser un faro de esperanza y ayuda para los demás.

Oremos:

“Señor, gracias por esta prueba, gracias porque me has quitado y me has dado, gracias por enseñarme lo que debía aprender. Hoy te pido que me enseñes el propósito de este dolor, que me ayudes a entender a quiénes debo ayudar en medio de sus pruebas y cómo debo hacerlo. Dame palabras para animar y dame sabiduría para actuar. Hoy decido entregarte esta y todas mis temporadas para que seas Tú quien las use de la mejor manera. Confío en Ti. Amén".

Te invito a que hoy des gracias durante 5 minutos. Pon una alarma en tu celular y enfoca tu mente en agradecer por las cosas que Dios ha hecho en tu vida. Entrega a Dios esta mala temporada que estás viviendo y recuerda que fuimos llamados a sanar a los heridos de corazón y a vendar sus heridas.

Oro para que el Señor te muestre el propósito de tu dolor y que florezcas como Él ha destinado que lo hagas. Un abrazo, rebañito. ¡Viene la vida abundante!