¡La comparación no es un juego!Ejemplo

La comparación genera envidia
Al compararnos con otros y enfocarnos en lo que ellos tienen y nosotros no, llegamos a un experimentar un desafortunado y peligroso sentimiento llamado envidia. La envidia nos toma de la mano y nos lleva a declararle la guerra a todo aquel que disfruta de algo que nosotros creemos merecer.
Este sentimiento, además de generar frustración y dañar nuestro corazón, puede hacernos llegar a dañar relaciones que eran de bendición, por no ser capaces de alegrarnos con los que se alegran.
Un antídoto para no sentir envidia por nuestro prójimo es la gratitud. En ocasiones anhelamos tanto lo que nuestra mente idealiza como bendición, que dejamos de ver lo que Dios pone delante de nosotros. Eso que sí podemos disfrutar y no lo hacemos por estar distraídos.
Si verdaderamente pusiéramos atención en lo que Dios en su gracia ya nos ha dado, nos daríamos cuenta que cada día tenemos mucho que agradecer.
¡Tener contentamiento, gozo y agradecimiento en el corazón, aún sin tener todo lo deseado, es una forma de honrar a Dios!
Acerca de este Plan

En este devocional podremos entender con un poco más de claridad lo peligrosa que es a nuestras vidas la comparación contante.
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Nos gustaría agradecer a Ponlo en práctica por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/ponloenpractica_?igsh=MThueWFocXZyZGp1eQ==
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