SERIE – ESPÍRITU SANTO - La llenura del Espíritu SantoMuestra
“No se emborrachen con vino… al contrario… llénense del Espíritu Santo”, Efesios 5:18 (NVI, PDT).
La llenura del Espíritu es un mandamiento, una exhortación para toda la iglesia. Ser total y continuamente guiado y gobernado por el Espíritu Santo es nuestra responsabilidad y no sucede de una vez sino en forma progresiva y constante. La Biblia nos dice cómo lograr la plenitud del Espíritu:
1. Glorificando a Dios en nuestras conversaciones: “Cuando se reúnan… hablen entre ustedes con salmos, himnos y cantos espirituales…”, Efesios 5:19 (TLA, NBLH); Colosenses 3:16. Dios espera que nuestras conversaciones lo honren al igual que nuestras canciones: “Cantando salmos e himnos y canciones espirituales…”, Efesios 5:19 (NTV). Cantar salmos significa cantar la Palabra o dar una enseñanza espiritual y bíblica mediante una canción. Debemos apegarnos a la Biblia cuando predicamos, pero también cuando cantamos. No conviene cantar lo que no podemos enseñar en el púlpito. Ya que nuestras canciones son mensajes que exaltan a Dios debemos ser respetuosos del tiempo de adoración. Por otra parte, ¡es imposible lograr la plenitud del Espíritu sin congregarse; el alejamiento de la iglesia arruina la vida del Espíritu en un creyente!
2. Adorando a Dios congregacionalmente: “Cuando se reúnan… alaben a Dios… de todo corazón…”, Efesios 5:19 (TLA). Existe una conexión muy significativa entre adoración y plenitud del Espíritu. Una persona llena del Espíritu está llena de adoración. Además, Dios se manifiesta en medio de un pueblo que adora: “… Jesús… le dijo a Dios: cuando mi pueblo se junte para adorarte… yo les hablaré de ti… y juntos te cantaremos alabanza”, Hebreos 2:11-12 (TLA, NT-BAD); Salmo 22:22 y 25. Cuando los creyentes alaban, Cristo se manifiesta uniéndose a la adoración; eso libera el espíritu de revelación profética y Dios es glorificado.
3. Agradeciendo a Dios: “Cuando se reúnan… denle siempre gracias por todo…”, Efesios 5:19 (TLA). La gratitud y no la queja o la crítica es la marca de un verdadero adorador y una señal poderosa de un creyente lleno del Espíritu.
4. Sujetándonos unos a otros: “Cuando se reúnan… deben sujetarse los unos a los otros… en el temor de Dios”, Efesios 5:19-21 (TLA, RV60). Esta sumisión surge como reverencia a Cristo y es el producto de la llenura del Espíritu Santo. Por ser tan importante, quizás sea lo más difícil de practicar. ¡Sujetarse requiere una actitud humilde, algo que no es natural en la mayoría!
Acerca de este Plan
Esta serie tiene el fin de ayudarte a contestar las preguntas más comunes acerca del Espíritu Santo, con el fin de que lo conozcas y puedas entablar una amistad con Él.
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Nos gustaría agradecer a José Luis Cinalli - Silvia López de Cinalli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://iglesiadelaciudad.com.ar