Perspectiva De La NavidadEjemplo

José, un hombre de obediencia instantánea

Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se apareció en sueños a José y dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo».

Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre y partió para Egipto, donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta:«De Egipto llamé a mi hijo».

Quizá, en tu niñez, oíste a tus padres decir: «¡No te lo voy a repetir!». Eso solía decirse con un tono de autoridad y contundencia cuando te encargaban una tarea y dudabas por desdén, distracción o desinterés. Ya fuera limpiando tu habitación, vaciando la basura o haciendo los deberes, te movías... pero a regañadientes.

Ponte en el lugar de José. Jesús era ya un niño pequeño y la sagrada familia intentaba vivir en el anonimato. El ritmo de vida posiblemente se volvió estable y cómodo, y entonces José oyó: «Levántate...», otro mensaje de un mensajero divino. A José se le ordenó abandonar las rutinas familiares de la vida presente de su familia y trasladarse a lo desconocido... a Egipto, de entre todos los lugares. «Así que se levantó...» José obedeció y siguió los pasos de algunos de sus grandes predecesores como Abraham y Moisés. Aunque la Escritura no es específica, el mandato y la obediencia al mismo no muestran signos de duda. En total obediencia, José lleva a su familia a Egipto, a enfrentarse a lo desconocido.

Reflexión sobre la perspectiva

Piensa en alguna ocasión en la que hayas sentido el llamado de Dios hacia lo desconocido. Dedica algún tiempo a recordar los detalles. Tal vez en ese momento no pudiste verle el sentido, pero ahora puedes ver la mano de Dios en ello. Da gracias a Dios por su provisión y su protección.