Héroes De La Fe - Parte 3Muestra

Ni lo pienses

Historia Bíblica: Balán - Números 22:1-6, 22:9-38, 23:13-21, 24:10-13

Versículo temático: Efesios 6:1

La semana pasada, Israel comenzó a vagar por el desierto durante 40 años. Mientras Israel viajaba, pasaron por el territorio de la nación de Moab. Los moabitas estaban aterrados de ellos, por lo que el rey de Moab, Balac, mandó llamar a un hombre llamado Balán (Balaam) para que los maldijera. Cuando Balán le preguntó a Dios qué hacer, Dios le dijo que no se fuera. Pero el rey Balak estaba molesto y realmente quería que Balán viniera y envió mejores príncipes y prometió una gran recompensa por venir. Balán les dijo que esperaran y vieran lo que Dios dijo. A veces, cuando no estamos de acuerdo con Dios, sentimos la tentación de preguntar nuevamente o presionarlo para que cambie de opinión. Dios le permitió ir, pero estaba enojado con él. A veces, cuando presionamos a Dios, Él nos permite tener tanto lo que queremos como las consecuencias que lo acompañan. Mientras Balán se dirigía a Moab, un ángel se detuvo en el camino frente a él. Balán no lo vio, pero su burra sí. Primero su burra se desvió del camino hacia un campo, luego, más adelante, presionó la pierna de Balán en una pared, y luego se acostó en el camino. Cuando Balán se enojó con su burra, ¡Dios permitió que la burra hablara! Ella dijo: "¿Por qué estás enojado conmigo? ¿No he sido tu fiel burra? ¿Alguna vez he hecho esto?" Entonces Dios permitió que Balán viera al ángel que pudo haberlo matado, y Balán se dio cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal. Balán se dio cuenta de que Dios no quería que maldijera a Israel, sin importar cuán grande fuera la recompensa que pudiera obtener del rey Balak. Cuando llegaron, Balán bendijo a Israel cuatro veces y ya no pensó en desobedecer a Dios.

Es fácil para él encontrar razones para ir, como cuando Kip le dijo que la conferencia es sobre Dios. Pero Dios nos ordena obedecer a nuestros padres, y el mandato de Dios no va a cambiar debido a una conferencia. Jesús dijo que miraras y orases para no caer en la tentación (Mateo 26:41). Fíjate en tus pensamientos porque mientras más pienses en cuanto quieres hacer mal, más difícil será hacer lo correcto. Tan pronto como recuerdes lo que dice la Palabra de Dios, obedece rápidamente para que ni siquiera pienses en hacer lo malo.

Elijo obedecer rápidamente a Dios y no permitirme pensar en hacer el mal.

Preguntas:

1. ¿A quién tengo que escuchar?

2. ¿Qué pasa si mis padres me piden hacer algo malo?

3. ¿Hasta cuándo me toca a mí ser el jefe?

Aplicación a la vida:

Tu misión de esta semana es escribir sobre algo contra lo que te estás rebelando, algo que no quieres hacer pero que debes hacer, o algo que quieras hacer pero que no debes hacer. Podría ser algo tan simple como esta tarea o podría ser algo que tus padres quieren que hagas. Piensa en el daño que esto podría estar causando a tu corazón, a tus amigos y familiares, o a tus futuras esperanzas y sueños de servir a Dios. Luego pídele a Jesús que te perdone y límpialo de tu corazón, diciéndole a Jesús que Él es tu rey. Mantén un registro de si la rebelión se fue o no y repite esa oración todo lo que necesites.