El Fuego De DiosMuestra
Como punto de partida, en esta primera lectura de este plan devocional deseamos proponer algunas ideas a la pregunta de cómo lograr motivar el ministerio de la evangelización y cultivar el amor y pasión por las almas. La respuesta es el fuego del Espíritu Santo. No existe potencia humana en esta labor divina, nosotros solo somos los obreros de esta obra. Cuando tenemos el fuego del Espíritu Santo, podemos sentir cómo Jesús siente y Él siente pasión por las almas.
El fuego de Dios lo recibimos una vez que somos llenos del Espíritu Santo. Ahora bien, el fuego de Dios no lo podemos contener ni menos controlar. Lo más probable es que vamos a terminar diciendo, como dijo el profeta Jeremías: “No obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo y no pude…” (Jeremías 20:9 – RVR60).
Cuando en nuestro corazón hay un fuego ardiente que incluso es introducido en nuestros huesos es imposible callar, no nos podemos detener de adorar, de buscar el rostro de Dios y de agradar su corazón, nos volvemos personas que impactamos a otros con el mensaje de Cristo.
Las Escrituras nos enseñan lo siguiente:“Mas ¿qué dice? Cerca de ti está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que predicamos” (Romanos 10:8 – RVR60). En este sentido, cuando entendemos que la palabra de Dios está más cerca de lo que pensamos, se provoca un resultado: el mensaje de fe que es la salvación que encontramos en Jesús.
¿Has tenido un encuentro con el fuego del Espíritu Santo? Ya sabemos que necesitamos el fuego de Dios para vivir ese amor por las almas y, si aun no lo tienes y quieres tenerlo, la respuesta es pasar tiempo a los pies de Cristo y leer su Palabra.
Al terminar esta primera lectura, la invitación es a releer algunos versos que nos traen luz sobre ese sentir tan poderoso y consumidor en nuestros corazones, que dobles tus rodillas y adores a Dios hasta que el fuego del Espíritu Santo se encuentre ardiendo dentro de ti.
Escrituras
Acerca de este Plan
El gran propósito de Dios es alcanzar al mundo. En su corazón se encuentran las almas y Él nos ha entregado los medios para cumplir con aquella misión. Él nos ha dado al Espíritu Santo, quien nos reviste de su poder para propagar esta gran pasión que tenemos por Jesús.
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Nos gustaría agradecer a Shito Espinoza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://shitoespinoza.org