Lectura Con El Pueblo De Dios - 7 CompromisoMuestra

Desafío de memorización:

6 Sé fuerte y valiente porque tú harás que este pueblo herede la tierra que prometí a sus antepasados. 7 »Solo te pido que seas fuerte y muy valiente para obedecer toda la ley que mi siervo Moisés te ordenó. No te apartes de ella ni a derecha ni a izquierda; solo así tendrás éxito dondequiera que vayas.8 Recita siempre el libro de la Ley y medita en él de día y de noche; cumple con cuidado todo lo que en él está escrito. Así prosperarás y tendrás éxito (JOSUÉ 1:6-8 NVI)

Lectura introductoria: Oración por la creación

¡Oh Altísimo, Todopoderoso, buen Señor Dios,

a ti pertenecen la alabanza, la gloria, el honor y la bendición!

Alabado sea mi Señor Dios por todas las criaturas,

y especialmente por nuestro hermano el sol,

que nos trae el día y nos trae la luz;

es hermoso y brilla con un gran esplendor;

Oh Señor, él te representa a ti para nosotros.

Alabado sea mi Señor por nuestra hermana la luna,

y por las estrellas,

que has puesto claras y hermosas en el cielo.

Alabado sea mi Señor por nuestro hermano el viento,

y por el aire y las nubes, la calma y todo el tiempo,

por los cuales sostienes la vida en todas las criaturas.

Alabado sea mi Señor por nuestra hermana el agua,

que es muy útil para nosotros y humilde

y preciosa y limpia.

Alabado sea mi Señor por nuestro hermano el fuego,

por quien nos das luz en la oscuridad

y es muy brillante y agradable

y muy poderoso y fuerte.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra madre la tierra,

que nos sustenta y nos guarda

y produce frutos muy diversos

y flores de muchos colores y hierba.

Alabado seas, mi Señor, por todos aquellos

que se perdonan unos a otros por amor,

y que sufren la debilidad y la tribulación;

bienaventurados los que la soportan pacíficamente,

porque tú, oh Altísimo, les darás una corona.

Alabado seas, mi Señor, por nuestra hermana,

la muerte del cuerpo, de la cual nadie puede escapar.

¡Ay de los que mueren en pecado mortal!

Bienaventurados los que se encuentran en tu santísima voluntad,

porque la segunda muerte no tendrá poder para hacerles daño.

Alaben y bendigan al Señor, y den gracias.

Sirvan al Señor con humildad. Amén.

"Cántico del sol" — Francisco de Asís