Abrazando El Nido Vacío: Redefinir Su PropósitoMuestra
DOLOR Y CRECIMIENTO
Cuando nuestros hijos abandonan el nido, puede ser una mezcla de emociones. Tardé bastantes años en llorar adecuadamente que mis hijos abandonaran el proverbial nido y crecieran por su cuenta. Eran mi salvavidas y fue un gran reto pasar de directora a defensora. Mi identidad dependía, en gran medida, de ese papel.
Antes de que mi hija mayor fuera a la universidad, nos tomamos un mes sabático. Sabía que, en pocas semanas, estaría buscando su lugar en el mundo lejos de mí. Tenía miedo por ella y por mí misma. La ansiedad de la separación y la pena gritaban en mí. Esta nueva etapa requeriría intimidad con Dios para atravesarlo con éxito. La Escritura que me trajo consuelo fue Lamentaciones 3:32: "Sin embargo, aunque cause dolor, tendrá compasión conforme a la abundancia de su misericordia".
Siendo padre, uno quiere proteger a su hijo de cualquier golpe o magulladura. Durante el primer semestre, conduje hasta allí casi todos los fines de semana para asegurarme de que estaba cómoda y segura. Cada vez que llamaba, me encontraba en la autopista para ver qué problema tenía. Ahora me río porque la universidad a la que asistía estaba a sólo 45 minutos. El Señor ministró a mi espíritu hacia el final del primer semestre que tenía que soltar mi control y dejar que ella encontrara su propio camino con él como guía.
El Señor ministró a mi espíritu hacia el final del primer semestre que tenía que soltarme y dejar que ella encontrara su camino con Él como guía. Ese día lloré. De alguna manera tuve un lapsus temporal de memoria y no recordé la escritura que fue mi salvavidas para saber que ella iba a estar perfectamente bien. Proverbios 22:6 dice: «Instruye al niño en su camino, y aun cuando fuere viejo no se apartará de él». La verdad es que en más de una ocasión intenté rescatar a todos mis hijos cuando se iban de casa. Dios me recordó esta misma escritura. Esos fueron los momentos en los que tuve que callarme, escuchar atentamente y orar por la respuesta adecuada para apoyarlos desde lejos.
Tendrás que «orar sin cesar», según 1 Tesalonicenses 5:17. Su camino hacia Dios puede ser diferente al tuyo. Permíteles llegar al pleno propósito de lo que fueron creados para ser en la tierra. ¿Cómo se puede tener confianza? Basta con leer la historia del Hijo Pródigo en el Libro de Lucas, Capítulo 15. Esta historia es un gran ejemplo de cuando se puede confiar en Dios. Esta historia es un gran ejemplo de que cuando entrenas a un niño, aunque se aleje, regresará a lo que es verdadero.
Tuve que animarme porque el Espíritu Santo me permitió ver que no todos los niños son iguales. No todos los niños están destinados a la universidad, algunos harán una escuela de oficios, otros tomarán la escuela de los golpes duros, y otros dejarán que su lección de vida sea su constante prueba de conocimiento. Sabemos con confianza que Dios quiere protegernos de golpes y magulladuras. Sin embargo, sabemos que cuando Él nos permite caminar a través de la lección de la vida que construye nuestro carácter como Dios quiere hacer lo mismo con nuestros hijos también.
Como padre, debes llorar lo que una vez fue, pero aferrarte a lo que está en el horizonte para su futuro. El duelo es parte del proceso y permita que sus hijos sean guiados por el Espíritu Santo. Usted tiene que llorar que sus hijos están creciendo en la edad adulta. Usted tiene que afligirse que sus compañeros de clase, amigos, esposos, y compañeros de trabajo pueden darles instrucción que les da consuelo como usted lo ha hecho. Es verdad. Ya no puedes dar directrices.Debes recordar que tu papel cambia para ser un apoyo a su visión, esperanzas y sueños. Permíteles encontrar su camino, y en el proceso, Dios redefinirá quién te ha llamado a ser en esta nueva temporada.
Oración:
Padre Dios, hoy que vengo con valentía ante tu trono, te doy gracias por el don de la paternidad. Mientras mi hijo camina hacia la plenitud de lo que tú has creado, trae consuelo, esperanza y paz a mi mente y a mi corazón. Al devolvértelos, sé que están seguros en los brazos del Maestro. Que pueda creer con plena fe que están seguros, favorecidos y bendecidos por el Señor.
Acerca de este Plan
Una de las transiciones más complicadas de la vida es dejar de ser padres y ver a nuestros hijos embarcarse en sus propios viajes de manera independiente. La dificultad radica tanto en soltarnos como en navegar por esta nueva fase de la vida. Nuestra guía te conducirá a través de las cuatro etapas de la experiencia del nido vacío, ayudándote a redescubrir tu propósito.
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Nos gustaría agradecer a Self Esteem Elevated por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://selfesteemelevated.org