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El Poder De Una Identidad Familiar Unida

DÍA 2 DE 6

Descubriendo la verdad de tu identidad

La identidad no tiene nada que ver con lo que tienes o lo que puedes lograr.

Muchos de nosotros luchamos por tener tanto el diseño como el llamado presentes de forma activa en nuestra vida diaria. Muchas veces no tenemos realmente la imagen completa de quiénes somos y por qué fuimos creados. Cuando no tenemos esa conciencia o comprensión de nuestra identidad, no hay duda de que nos esforzamos por cumplir el llamado que se ha relacionado con la misma, ya que intentamos llenar un vacío sin resolver con actividades o logros que sólo Dios puede llenar y brindar alivio.

Del mismo modo, mientras permitamos que las heridas del pasado tengan un lugar en el corazón de nuestra identidad, nuestro llamado puede ocupar el lugar principal, lo que nos lleva a trabajar incansablemente por nuestro valor y dignidad. El dolor distorsiona y la distorsión engaña. Aquellos que creen en mentiras sobre quiénes son encontrarán difícil vivir de manera auténtica, lo que los llevará a estar continuamente impulsados por el dolor del pasado y/o temerosos de que se repita.

Una identidad basada en la decepción tiene el potencial de alterar y deformar el llamado que se forjó junto a ella.

Sin embargo, quienes comprenden su identidad a un nivel básico toman decisiones y actúan con fortaleza y confianza, no por su autosuficiencia, sino por su fe en Dios. Los errores o las circunstancias imprevistas acaban apareciendo en la vida, ¡pero lo que marca la diferencia es tener una respuesta llena de fe! Cuando sabemos quién nos creó y quiénes somos en Él, nuestra respuesta a todo lo que la vida nos depara está llena de confianza y esperanza en Dios. Esta verdad por sí sola tiene el poder de cambiarlo todo, desde nuestras opiniones, nuestras palabras, nuestras acciones e incluso la forma en que nos relacionamos con la gente.

En 1 Samuel 16-17, Samuel ayuda a David a ver su identidad como futuro rey elegido y ungido, lo cual le llevaría a la victoria llena de fe de matar al gigante Goliat. Este poderoso ejemplo nos muestra hasta qué punto la comprensión de la propia identidad puede capacitarnos para afrontar con confianza retos aparentemente insuperables.

¡Conociendo nuestra identidad es como respondemos con fe en vez de reaccionar con miedo!

Ayer hablamos de cómo la identidad consta de dos partes clave: el diseño y el llamado. Tu diseño es el centro de lo que eres; abarca tus cualidades, atributos y características únicas que hacen que seas... ¡tú! Esto incluye tu personalidad, talentos, habilidades, valores y experiencias que te moldean.

Tu llamado es la expresión de tu diseño único; es la manera en que te relacionas con el mundo y permites que Dios utilice tu diseño de acuerdo con Sus propósitos. Con Su ayuda, Dios quiere que armonicemos nuestra identidad con Sus planes. Este ajuste divino es lo que nos permite utilizar nuestros dones y capacidades de acuerdo con la identidad que Dios nos ha dado y no desde el punto de vista de los rótulos y las normas que el mundo nos impone.

Entonces, ¿quién eres?

Ojalá tuviera una buena respuesta, pero la verdad es que se trata más bien de un viaje de exploración, algo así como la búsqueda de un tesoro. Sólo Dios puede mostrarnos el camino hacia el tesoro que buscamos; sólo Él puede decirte la verdad de quién eres.

En la búsqueda de la verdad y la comprensión de tu identidad, empieza por identificar tus valores fundamentales personales. Los valores fundamentales son los rasgos, cualidades o principios que representan tus prioridades más importantes y tus creencias más arraigadas. Estos valores son tan importantes porque son los que le motivan, guían e inspiran para ser la persona que eres.

Tus valores fundamentales pueden tener su origen en diversos aspectos de tu vida. Los valores pueden venir de tu diseño único, o a veces incluso de experiencias personales, tanto positivas como negativas; estas experiencias pueden ayudar a establecer un valor fundamental para ti. Podría ser un enfoque o una forma de pensar que valoras profundamente y que deseas poner en práctica.

Aclarar nuestros valores fundamentales puede tener una influencia significativa, ya que nos permite comprender en profundidad nuestra identidad y determinar qué es lo más importante para nosotros. Con frecuencia, nuestros valores se forman a partir de experiencias o del hecho de darnos cuenta que no están presentes en las personas o en las situaciones. Un valor fundamental puede quedar arraigado en tu identidad a causa de una experiencia negativa, obligándote a esforzarte por evitar que otros experimenten sentimientos similares.

Además de la historia de David, el Salmo 139 ofrece la oportunidad de orar y reflexionar interiormente con Dios. David es consciente de que Dios conoce íntimamente su diseño y su llamado, y le pide específicamente que escudriñe y conozca su corazón. Continúa diciendo: "Señálame cualquier cosa en mí que te ofenda y guíame por el camino de la vida eterna". Es maravilloso tener nuestros propios pensamientos y creencias sobre lo que importa en la vida, pero es imperativo que incluyamos a Dios desde el momento en que nos formamos esos pensamientos y creencias. Él nos revelará la verdad de quiénes somos y nos mostrará lo que realmente importa en la vida; simplemente necesitamos tomarnos el tiempo para estar quietos ante Él y escuchar para que nos guíe y nos dé Su sabiduría.

Para descubrir tus valores fundamentales, pasa tiempo reflexionando, buscando intencionalmente a Dios para comprender tu diseño y tu llamado, y cómo existen juntos. Pídele a Dios que te revele la forma especial en que te creó y el conjunto único de valores fundamentales que te permiten vivir auténticamente según tu identidad y con un propósito. ¡Cuando conozcas tu diseño único, tendrás la oportunidad de explorar las distintas formas en que puedes manifestarlo!

A medida que seas cada vez más consciente de tu diseño y empieces a ajustar tu llamado con la voluntad de Dios, Él te dará claridad sobre tu identidad. De hecho, tendrás más claridad y crecerás en discernimiento cuando tengas que tomar decisiones y emprender acciones. Tendrás una lente o un modelo claro a través del cual estarás procesando decisiones y sentimientos. El daño y la decepción pueden distorsionar la identidad, así que si tienes algo de eso, necesitas sanidad y volver a alinearte. A medida que aceptes el diseño que Dios te ha dado y vivas tu llamado, estarás empoderado para vivir con autenticidad. Vivir con autenticidad es lo que activa los frutos del Espíritu, permitiéndonos finalmente vivir con un gozo y una plenitud insuperables. Sigue buscando a Dios, y sé intencional en preguntarle quién eres según Su diseño y cómo te llama a vivir. ¡Así es como descubrirás tu verdadera identidad!

  1. En lo que respecta a tu diseño, ¿qué aspectos de ti mismo valoras más?
  2. ¿Acaso escondes pensamientos o creencias negativas sobre ti mismo? ¿De dónde proceden estos pensamientos/creencias?
  3. ¿Qué pasos puedes dar hoy para empezar a sanarte de las heridas del pasado y reconstruir tu concepto de identidad?
  4. Si tuvieras que hacer una lista de 5 a 7 valores personales que consideras más importantes en la vida, ¿cuáles serían?
  5. En términos prácticos, ¿cómo podrías aceptar tu identidad y vivir de forma más auténtica esta semana? ¿Qué medidas puedes tomar?
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Acerca de este Plan

El Poder De Una Identidad Familiar Unida

Este plan de seis días te invita a descubrir la identidad que Dios te ha dado y a aprender cómo cultivar un hogar centrado en Cristo. A través de pasajes bíblicos y reflexiones, explorarás tu diseño único, tu llamado, y cómo ambos se alinean con los propósitos de Dios para tu vida. Sumérgete en la verdad de que eres una creación única y escogida por Dios, y permite que esta identidad te impulse a vivir de manera auténtica y con propósito en todas las áreas de tu vida.

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Nos gustaría agradecer a Family ID por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.family-id.com