Si Permanecéis en Mí.Muestra

“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo" (1 Pedro‬ ‭5:8-9‬ ‭RVR1960‬‬).

Satanás es un bandido. Dios nos ha dado leyes para mantenerlo a raya, pero no las acatará a menos que las hagamos cumplir.

Las cosas funcionan de la misma manera en el ámbito natural. En nuestros países, por ejemplo, tenemos leyes contra la venta de drogas. Tenemos leyes contra el asesinato. Tenemos leyes contra el robo. Pero si esas leyes no se hacen cumplir, ¿qué sucede? Los ladrones y asesinos continúan operando. Hay que hacer cumplir la ley.

Una vez que comprendas eso, verás por qué Satanás trabaja tan duro para que tu hables más de tus problemas que de las promesas de Dios. Él sabe que tu autoridad para hacer cumplir la ley de Dios está en tus palabras. Si puede hacer que tus palabras vayan en la dirección equivocada, puede obtener autoridad sobre tu vida, aunque no le pertenezca.

A Satanás no le importa lo que te pertenece. Él es un ladrón. Es un asesino. Toma lo que puede conseguir. Así que tienes que usar la Palabra de Dios con él cuando intente entrar en tu jardín y estropearlo.

Eso es lo que debería haber hecho Adán cuando Satanás apareció en su jardín. La primera vez que esa criatura abrió la boca para cuestionar la Palabra de Dios, Adán debería haber dicho: Sal de mi jardín, serpiente.

Y eso es lo que tú y yo también deberíamos hacer. La próxima vez que el diablo comience a tratar de traernos dudas e incredulidad, ¿de verdad crees que Dios te va a sanar? ¿De verdad crees que Dios te va a enviar el dinero para pagar esa cuenta? Deberíamos decirle que tome sus mentiras y salga de nuestras vidas.

Rehúse escuchar las palabras que roban, matan y destruyen (Juan 10:10).

Sigue hablando y estudiando lo que dice la Palabra de Dios sobre tu situación hasta que sea esa Palabra la que estás escuchando en tu corazón todo el día, en lugar de esas mentiras del diablo. Cuando camines en la autoridad que Dios te ha dado y hables la Palabra de Dios, no tendrás problemas para decirle al diablo: Sal de mi jardín. Y seguramente huirá.

Iglesia La Embajada.